7. Arranque

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Koyama había dejado a Kazuto en lo que parecía una gran sala de espera, sentado en el extremo de un largo sofá al final del cual también se encontraba una joven chica en otro traje de oficina que se veía demasiado formal para alguien de su edad, que se la pasaba revisando su celular con indiferencia. Además de ellos dos solamente había una recepcionista detrás de un escritorio entre el sofá donde ellos estaban sentados y la entrada de la sala. Era una mujer mayor y de expresión estricta. Koyama le había pedido que lo esperara un rato que se había hecho demasiado largo y Kazuto ya estaba francamente aburrido sin nada que hacer. Tenía su celular, pero sospechaba que no sería buena idea comunicarse con ninguno de sus amigos durante su misión secreta, y le parecía demasiado infantil ponerse a jugar algo en medio de esas personas tan serias.

La chica sentada en el sofá se veía de su misma edad. Su largo cabello color castaño oscuro se acomodaba en una gran trenza que caía sobre su hombro, y sus ojos claros se escondían detrás de un par de anteojos. Tenía cara de aburrimiento, como si también estuviera esperando ahí desde hace mucho tiempo, y tal vez él se hubiera animado a acercarse a ella para tratar de hablar de lo que sea, solo para pasar el rato, si no fuera porque sentía que sería demasiado incómodo hacerlo frente a la vieja recepcionista. Se veía del tipo de anciana amargada que regañaría a un par de niños por hacer demasiado ruido en un lugar en el que no debían. Además, la chica no había volteado a mirarlo a él ni una sola vez, y se mantenía definitivamente en el extremo opuesto del sofá, por lo que seguramente no querría que la molestaran. De manera que no le quedó más opción que quedarse ahí sentado mirando hacia todos lados como un pájaro confundido y contando los segundos que pasaban.

Hasta que un hombre, un adulto joven y muy apuesto, llegó a la habitación.

-Ya es hora Mochi -llamó al llegar.

-Te he pedido que no me llames así -respondió la chica, guardando su celular y levantándose para ir con él. El hombre sonrió mientras la guiaba de regreso hacia los pasillos, dejando a Kazuto arrepentido de no haber hablado con ella aunque fuera por unos minutos.

Cuando empezaba a preguntarse si tal vez Koyama se había olvidado de él y él mismo debía ir a buscarlo, el agente finalmente llegó a recogerlo.

-Ya estamos listos, es por aquí.

Koyama llevó a Kazuto, quien se alegró de alejarse de aquella anciana, a otro piso del edificio en donde se estaban llevando a cabo las preparaciones para ayudarlo a conectarse a Inten City. Al parecer tenían toda una habitación lista solamente para ese propósito.

-Me resulta extraño -le dijo el chico a Koyama cuando le dijo en el elevador a donde lo llevaban-. La última vez me dejaban conectarme desde una habitación de hospital. Habría sido más rápido y menos costoso, ¿no?

-Esto será un poco más práctico a largo plazo. Dada tu falta de experiencia, creímos conveniente monitorear tu actividad de forma un poco más controlada esta vez. Pero descuida -le dijo dedicándole una sonrisa confiada-, respetaremos tu privacidad una vez que estés adentro.

-No es que no lo aprecie pero, ¿para qué voy a necesitar privacidad?

-Ya lo averiguarás.

-Por cierto, quería preguntarte algo más. ¿Tienen a otros estudiantes trabajando? He visto a otros chicos caminando por ahí.

-La División tiene a su cargo muchos proyectos con videojuegos frecuentados por jóvenes, no todos involucran investigaciones criminales en curso. A lo mucho algunas lo hacen solo indirectamente.

Llegaron por fin a un piso con más pasillos y entraron a una habitación grande. Frente a la pared de la derecha había una gran cama rodeada de lo que parecían ser monitores de signos vitales. En el resto de la habitación había otras máquinas y computadoras donde trabajaba un grupo de doctores y otros analistas.

Sword Art Online: Drive-By Ridin'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora