Sword Art Online: Drive-By Ridin'

21. Vuelta prohibida

—Esto no es justo —se quejaba Keiko, hablando por teléfono con Rika más temprano esa misma mañana de sábado, antes de que ella se conectara a ICO.

—Entiende, no es como si alguien quisiera excluirte a propósito ni nada como eso —trataba de explicarle Rika, sosteniendo el teléfono al mismo tiempo que buscaba su AmuSphere en su habitación—. Ya te lo dije, yo tengo que ir a atender un asunto familiar muy importante.

—Y yo ya te dije que no te creo nada —le decía Keiko, muy molesta—. Vas a reunirte con Kirito, Asuna y los demás, ¿no es cierto?

—No sé de qué me estás hablando, no insistas —seguía diciéndole, tratando de sonar convincente, al mismo tiempo que intentaba acortar la conversación tanto como fuera posible. Ésa mañana Kirito les había avisado a Asuna y a ella que había recibido un mensaje de Klein. Algo muy grave había ocurrido la noche anterior y todos habían acordado que discutirían los detalles en cuanto se reunieran en el DDC, pero Rika se había retrasado. Era verdad que había tenido que atender un asunto familiar, pero realmente no le había tomado tanto tiempo como pretendía hacerle creer a su amiga en el teléfono, y no había alcanzado a encontrar su AmuSphere a tiempo para conectarse y poder ignorar su llamada.

—No sé por qué todos piensan que tienen que mentirme —le dijo Keiko, con un tono entre triste y molesto—. Si hay una buena razón por la que ya no quieren que yo siga reuniéndome con ustedes podrían decírmelo.

—No te pongas así, no es nada de eso —Reika empezaba a sentirse mal por ella, aunque no quería ya que no tenía tiempo para detenerse a consolarla, de manera que tuvo que mentirle una vez más—. Escucha, tal vez pueda convencer a los demás de reunirnos todos por un rato más tarde el día de hoy. Sabes qué día es hoy, ¿no?

—Es el cumpleaños de Klein. No necesitas recordármelo. Fui yo la que les sugirió a todos preguntarle a Kirito si regresaría a reunirse con nosotros este día. ¿Ya se te olvidó? Y por cierto, acabas de admitir que vas a verte con ellos. Aunque claro, no es que no lo supiera.

—Eh... —Rika trataba de improvisar a medida que hablaba, muy nerviosamente—. Bueno... es solo que... obviamente me refería a que voy a tratar de llamar a Klein en algún momento del día. Es su cumpleaños después de todo. Lo decía solo por si acaso conseguía ponerme en contacto con él o con los demás, aunque tal vez no pueda. Ya sabes como es, Sinon debe seguir enferma. Y Asuna, eh... ¿Qué fue lo que dijo Asuna que estaba haciendo... ?

—Ya olvídalo —la interrumpió Keiko de pronto en medio de sus balbuceos—. De todos modos, estoy segura de que Klein tampoco vendrá. Él ya debe estar con ustedes, junto con Asuna y Sinon.

Se quedó callada de pronto. Ya no se escuchaba tan triste, solamente molesta.

—Oye —empezó a decirle Rika. Había dejado de buscar para poder hablarle—. ¿Qué tal si intentas tú misma ponerte en contacto con Klein más tarde? Ya sabes como es, es un presumido al que le encanta llamar la atención. Sin importar que sea lo que lo tenga ocupado, estoy segura de que tendrá su teléfono con él todo el día para poder recibir felicitaciones de todo el mundo. Al menos así podrás hablar con él —le dijo, decidida a obligar a Klein en cuanto lo viera a estar atento a su teléfono para esperar la llamada de Keiko y hablar un momento con ella.

—No gracias —respondió Keiko, con un tono de orgullo ofendido—, no voy obligar a nadie a tener que hablar conmigo o prestarme atención si no quiere. Pero si lo ves, lo cuál sé que harás, por favor dile de mi parte que ya no me importa. Que se pueden ir al diablo él y las personas con las que prefiere perder el tiempo.

—Está bien, lo haré... ¡Es decir, si puedo contactarlos claro! —respondió Rika. No quería dejarla así, pero tenía que apresurarse a ver a los demás. Estaba a punto de colgar cuando: