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Seungmin no recordaba haber creado confianza entre ambos para que lo llamara por apodos.

—Me llamo Seungmin.

—¿Uh, hablaste?—Hyunjin lo volteó con fuerza, mostrando la sonrisa más perturbada que Seungmin haya visto—Los perritos ladran.

—¡Estás demente!—el pelinegro lo empujó temeroso, no entendía ni la mitad de lo que decía, y le asustaba que le tratara de perro—¡Y no soy un perro!

—¿Seguro? Le preguntaré a Minho—el desgraciado.

El verdadero  Hyunjin: un lobo con piel de oveja.

—Estoy seguro, la última vez que comprobé era humano—Seungmin se arregló la ropa, el rubio lo había sacudido tan brusco que hasta le había desarmado la corbata. Hyunjin se pasó los dedos por el labio inferior, notablemente divertido.

—Toma asiento—no se oía como una invitación, sino como obligación. Seungmin lo miró enojado. Y este quién se cree. El más bajo resopló, medio enojado y cansado, no tenía ánimos de pelear con alguien como él, no era tonto para no darse cuenta que Hyunjin quería cobrar ese favor como algo con fines sexuales.

—Lo siento, pero no estoy interesado en ti de esa forma.

—¿Qué?—Hyunjin caminó en círculos alrededor de Seungmin.

—Lo que te digo, no tengo experiencia en ese tema y no quiero tenerla, no contigo.  Eres lindo pero no mi tipo, además con esas frases no creo que me puedas conquistar y ¡Deja de rodearme como una presa, asustas!

Gritó alterado, le estresaba el constante intento de intimidación por parte de Hyunjin. El menor ladeó la cabeza ofuscado, la irritada risa era una alarma de que tal vez estaba muy lejos de la razón de por qué lo comenzaba a chantajear. Hwang se enderezó, cambiando el semblante a uno que sí espantó a Seungmin.

—Siéntate.

El pelinegro obedeció, sus piernas se movieron por reflejo a la banca del costado de la piscina. Dejó su bolso en el pecho, lo hacía sentir seguro, cualquier movimiento extraño por parte del mayor y Seungmin lo golpearía con todo el peso de sus libros. Hyunjin se aproximó confiado, agachándose en el suelo hasta quedar a la altura de Seungmin. El pelinegro contuvo el aliento.

—Veo que eres inteligente, entiendes rápidamente indirectas y comportamientos falsos, pero eres inútil tomando decisiones. Cuando mientes eres muy obvio, no sabes actuar normal, tu expresión de perrito asustado te delata.—Hyunjin inhaló—No me gusta relacionarme con gente como tú, pero donde dependes de mí para no decepcionar a tus amigos tendré que aprender a lidiar con tus.... atributos—hizo comillas con sus manos, burlándose en la cara del rabioso chico.

Seungmin apretó los puños, nadie nunca le había hablado así antes. El rubio creía saber todo de él, hasta el más mínimo defecto, pero no era cierto, solo habían cruzado un par de palabras. Kim lo miró enojado, su pecho subiendo y bajando en cólera.

—Eres un sucio.

Hyunjin sonrió, una genuina sonrisa solaz.

—Y tú un pervertido—Hyunjin recostó la rodilla en el suelo, acercándose más al traumado rostro de Seungmin— No me gustan los hombres, fingir que soy tu novio les haría pensar a todos que también tienen oportunidad conmigo, cuando no es cierto—se lamió los labios—Pero es un sacrificio que estoy dispuesto a aceptar.

—¿Qué quieres de mí?—apretó los dientes, no soportaba más humillación.

—Esa no es la pregunta correcta, cachorrito.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora