#1 extra!♡

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Después de terminar la celebración, caminaron a casa del menor tomados de la mano, a paso lento y torpe. Hyunjin dejaba delicados besos en su frente cuando se detenían en algún semáforo, calmando el nerviosismo de Seungmin.

La noche los envolvió cuando el pelinegro le dio la bienvenida a su hogar, no era la primera vez que lo visitaba, pero era la primera que estaban solos allí desde que descubrieron el poder que tenían las caricias y besos en sus jóvenes cuerpos.

—¿Quieres beber algo?—ofreció Seungmin, sacando un par de vasos del mueble.

—Agua—Hyunjin se apoyó en la isla,  observándolo moverse de aquí para allá—Cachorrito, relájate.

—Estoy relajado—Seungmin dejó una cuchara en la superficie, no tenía idea de dónde la había sacado para empezar. Hyunjin se acercó para abrazarlo, rodeándolo por la espalda.

—Nunca te obligaría a nada que no quisieras, tenemos una vida por delante—Seungmin escuchó los latidos de Hyunjin, acelerados.

—No es eso, bebé—lo vio desde abajo, cruzando las manos en la cintura de su novio—Yo quiero, realmente quiero—recordó esas veces en las que ambos se quedaban descansando en la cama de Hyunjin, besándose tranquilamente hasta que los suaves sonidos de sus labios se transformaban en ruidosos y húmedos. O también cuando iban a un rincón poco concurrido de la escuela durante el receso, y se pasaban toda la hora contra una pared disfrutando el sabor ajeno.

Seungmin estaba seguro de querer hacerlo. De lo que no estaba seguro era si Hyunjin iba a disfrutarlo tanto como él.

—¿Pero?

—Nunca antes lo he hecho, no sé cómo—se restregó en el pecho de Hyunjin, sintiendo la vibración de la respiración en la nuca—Me da miedo que por culpa de mi inexperiencia no sea un agradable recuerdo.

—Olvidas que soy igual de inexperto que tú—se quejó ante el golpe en su cabeza, Hyunjin le sonreía con ternura—¿Por qué asumes que no voy a cometer algún error?

—Porque aunque te equivocaras, me harías sentir bien, no importa qué—respondió confiado.

—Bien, ¿Y por qué crees que yo no pienso exactamente lo mismo de ti?—Hyunjin los separó, observando detenidamente la tímida expresión de Seungmin—Lo hablamos hace unas semanas.

—Lo sé

—No dudes jamás de lo jodidamente ardiente que eres, Seungmin—el pelinegro sonrió, cayendo sobre el hombro de Hyunjin—Tonto.

—Perdóname—normalmente cuando el mayor le decía bromas con doble sentido, le regañaba diciéndole que no era el momento, pero esta era la ocasión para hacerlo. Hyunjin le besó la mejilla, extendiendo las manos por sus caderas.

—Perdonado.

Se miraron complices, dando uno que otro paso adelante hasta juntar sus bocas. Seungmin lo apretó contra si, empujando a Hyunjin hacia las escaleras para subir a su habitación.

—Despacio—murmuró el más alto cuando llegaron arriba, cerrando la puerta con seguro al entrar. Seungmin retrocedió, viéndolo emocionado desde el otro lado.

—Despacio—confirmó, dejando que Hyunjin comenzara a rozar los botones de la camisa, torturándolo—Despacio—repitió escaso de pensamientos coherentes.

Hyunjin volvió a besarlo, jugando con la lengua a su antojo dentro de la cavidad bucal de Seungmin. El pelinegro reprimió un suspiro, enredando los dedos en el cabello de su enamorado, sintiendo al mismo tiempo las inquietas manos de Hyunjin tomarle por los muslos. Lo levantó con firmeza, arrastrando el delgado cuerpo de Seungmin con él.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora