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Seungmin cerró el cierre de su bolso, había intentado estudiar un rato mientras la comida hervía pero le fue imposible. Hyunjin dormía plácidamente en el sofá desde que fue a la tienda por fruta, el medicamento que le trajo le había hecho bien, su respiración era más relajada y no había tosido, hasta tenía un suave color en las mejillas cuando Seungmin se acercó a cambiar el parche de gel. 

You are bringing out a different kind of me— cantó despacio, con cuidado de no despertar a Hyunjin—There's no safety net that's underneath, I'm free —susurró feliz, sacando una hoja de unos de sus libretas—Falling all in.

Sonrió terminando de escribir la nota, la dejaría en la pequeña mesita en frente del sofá para que cuando Hyunjin despertara la leyera. Revisó por última vez que el caldo estuviera bien de sal y dejó la nota en el suelo, en un susurró casi inaudible cantó:

Ooh, you know I've been alone for quite a while—miró a Hyunjin respirar, se veía tan angelical, como si las maldades que salieran de su boca no existieran. Seungmin se preguntó cómo es que un hombre pudiese tener tan lindos labios—haven't I? I thought I knew it all...

—Mmmh—Hyunjin soltó una exclamación, girando su cabeza al dulce sonido de Seungmin. El pelinegro calló, asustado por la repentina intromisión. Al comprobar que Hyunjin seguía durmiendo, Seungmin siguió cantando, pensando en la letra de la canción

—I'm thinking, boy—nadie podía culparlo de cambiar un poquitito la letra, nadie lo escuchaba.

Canto el resto en su mente, preparándose para irse, guardó el resto de sus cosas y se fue, dejando las llaves en el mismo en donde las encontró, increíblemente tenía todo el cuerpo el llamas, no escuchaba nada del exterior de lo rápido que latía su corazón, tapando sus oídos. Presionó el botón del ascensor, entró y se recostó en el suelo, sin importarle la cantidad de polvo que podría estar tocando. Suspiró conmocionado, se tocó el pecho sonriendo, se sentía tan bien. Tan bien que le espantaba, pero a la vez era maravilloso, esa cosa rara subir y bajar, Seungmin recordaba cuando de niño le gustaba columpiarse, la energía que recorría su cuerpo y lo gracioso de su estómago al levantarse en el aire era la misma emoción que cuando estaba cerca de Hyunjin, o simplemente cuando pensaba en él.

Every time I see you baby I get lost—se puso los audífonos ya en la recepción del edificio, reproduciendo la canción en su teléfono—....Every night I'm with you I fall more in love.

Dio salto, esquivando un charco de agua, sonriendo como un tonto. De algo estaba completamente seguro, de que sus decisiones se basaban en ser las incorrectas, pero sinceramente no creía que enamorarse de Hyunjin pueda ser incorrecto. ¿Cómo algo que le hacía sentir en el cielo podría ser malo? necesitaba constantemente su atención, su rostro cerca, sus manos sobre él, sus brazos alrededores, todo, quería todo. Aunque la mayor parte del tiempo hiciera parecer lo contrario diciéndole insultos o mirándolo enojado, a Seungmin le encantaba Hyunjin.

Si terminaría llorando en el hombro de Yuna, lo haría con ganas.

🐕

El jueves Hyunjin tampoco fue a clases, y nuevamente Seungmin lo visitó. Le agradecía a Chan por aquello, Seungmin le había pedido a cambiar su turno del Sábado por el Jueves solo por esa semana, y cuando llegó a la cafetería dispuesto a trabajar el mayor le comunicó que ese día iría al mercado porque se le estaban acabando los productos, y debía debía cerrar temprano para salir tranquilamente a comprar. Seungmin solo trabajó una hora y media, según palabras de Chan un pajarito le recomendó cerrar antes y comprar los abastecimientos hoy.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora