𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿ

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Seungmin entregó su tarea al delegado, recién llevaban diez minutos de clases y los profesores ya le exigían los informes.

—Pss, Seungmin—el nombrado se giró a Jeongin, parpadeando rápido por culpa del sueño—Las chicas no paran de hablar de Hyunjin, dicen que se ve muy bien con ese nuevo color de cabello.

¿Nuevo?

—No sé, no lo he visto.

—¿Y no te dijo?—le dolió la cabeza, una punzada le cruzó la frente. No tenía tiempo para preocuparse de cosas sin importancia, tampoco se sentía listo para ver a Hyunjin.

—Para que veas que el apodo de Príncipe del hielo le queda—Jeongin rio, acomodando sus cuadernos en el puesto. Seungmin miró por la ventana pensando en la conversación que tuvo con su hermana ayer, necesitaba distanciarse de Hyunjin. Fingir que eran novios era muy distinto a lo que hacían cuando estaban solos, tocándose con confianza y actuando como si fuesen algo más que dos mentiroso. Porque Seungmin solo era el perro de Hyunjin.

—Abran su libro en la página 193, iniciaremos la clase con ejercicios de tablas de frecuencia—la profesora escribió en la pizarra algunas definiciones, y Seungmin se olvidó por un momento de sus problemas.

🐕

Volvió de la cafetería temprano, no tenía mucha hambre y Hyunjin no le había enviado ningún mensaje en todo el día. Revisó las notificaciones en su teléfono aliviado, aún nada. Se sentó en su puesto dispuesto a estudiar, ahora que iría a trabajar en la tarde no tendría tanto tiempo, trataría de adelantar tareas. Se puso sus lentes, leyendo concentrado el libro de matemáticas.

—¡Seungmin!—gritó uno de sus compañeros en la puerta.

—¡¿Qué quieres?, estoy ocupado!—no tenía mucho tacto, la mayoría sabía que Seungmin se veía como un ángel, pero era de todo menos eso. Bae se llevó la mano al pecho indignado por la respuesta del de lentes.

—¡Te buscan!—su compañero salió del salón, ya había cumplido con avisarle. Seungmin se estiró, nunca nadie lo venía a ver, todos sus amigos eran de su clase, excepto Minho, y él entraba con confianza.

Se levantó cansado, ni siquiera se quitó los anteojos, de todas formas iba a volver pronto a estudiar. Tragó duro saboreando la pasta dental, había ido a lavarse los dientes después de almorzar y parecía que le había caído mal al estómago tragar un poco. Seungmin cruzó la puerta, mirando hacia los lados intrigado.

—Hola

Hyunjin.

Seungmin retrocedió pasmado, no esperaba verlo ahí: parado y luciendo extremadamente wow. Es decir, woaah. Hyunjin tenía el cabello de un lindo tono azabache, más claro que el suyo pero le daba lo mismo, no sabía por qué sus pensamientos eran tan inoportunos. Los largos cabellos afinaban su rostro haciéndolo ver menos intimidante, o eso creía Seungmin por el suave aura del mayor. Entendía perfectamente el comentario de Jeongin.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó desde el mismo lugar, sin moverse. Tenía miedo de acercarse, Hyunjin era un peligro público.

—Vine a buscarte—respondió simplón, descansando su espalda en el ventanal. Algunas de sus compañeros de grado pasaron por en frente, meneando coquetas sus melenas hacia Hyunjin. Seungmin casi saltó sobre el mayor, cubriendo a las hermosas mujeres de Hyunjin, fue un movimiento torpe y celoso hacerlo pero Seungmin no lo pudo evitar.