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Jeongin suspiró cansado, anoche se suponía que bebería un té para bajar su presión e iría a casa tranquilamente, pero no fue exactamente un té lo que Chan les sirvió. El chico de energía abrasadora llamado Han lo había obligado a bailar con él gran parte de la noche, mientras que Minho lloraba en un mesa por culpa del alcohol.

Habían pasado muchas cosas en tan pocas horas que su cerebro no lograba procesar. Lo único que tenía claro era que Seungmin era un distraído y despreocupado, había olvidado su teléfono en la sala junto con su chaqueta. El más alto había salido corriendo a penas tocaron el timbre para ver a Hyunjin. Jeongin no entendía la prisa, podría verlo el resto que quedaba del día, pero Seungmin le dijo que era urgente.

—Changbin, ¿Viste a Seungmin?—Jeongin llegó al piso de los mayores, chocando de frente con Seo.

—Lo vi hace un rato ir a nuestro salón—respondió encogiéndose de hombros, pasando por el lado de Jeongin para seguir su camino—Yo no iría si fuera tú.

—Eh, ¿Por qué?

—Porque el aura que se cargó toda la mañana el estúpido de Hwang no era "buena"—hizo comillas. Jeongin abrió la boca, no creía que pudieran estar discutiendo, Seungmin estuvo con una sonrisa de tonto enamorado antes de irse—Espero que no la cague...

—¿Lo dices por Seungmin?—Changbin miró a otro lado, avergonzado.

—Es un buen chico, no merece que alguien como Hyunjin lo lastime—Changbin se fue, silbando mientras bajaba las escaleras.

Jeongin tuvo un debate interno, no quería interrumpir lo que sea que sucedía entre la pareja, no le daba buena espina eso de "no merece que alguien como Hyunjin lo lastime" ¿Por qué lo iría a lastimar? Caminó decidido, de todas formas debía entregarle sus cosas a Seungmin. Casi nunca subía a las salas de los mayores, excepto para buscar a Minho.

Hablando de Minho, no quería verlo en un buen tiempo.

Revisó el número de cada salón, deteniéndose en el 4419, ese era el de los chicos. Miró por la ventana para averiguar si Seungmin estaba adentro, y sí, ambos estaban en la parte de atrás, solos. Jeongin se aclaró la garganta dispuesto a llamar su atención, pero la voz enojada de Seungmin le detuvo. Abrió un poco la puerta, escuchando con claridad la conversación ajena.

—¡Te odio!

—¡¿Me odias por decir la verdad?!—ahora Hyunjin gritó, haciendo que Seungmin retrocediera—¡Sabías que esto era mentira!

¿Mentira?

—¿Todo para ti fue mentira?—Seungmin apretó los puños, Jeongin sentía la furia recorrer sus venas—Jugaste conmigo.

—¿Yo?—Hyunjin soltó una risa irónica, llena de ira—Te recuerdo que tú eres el que comenzó engañando a todos sus amigos sobre tener un novio, lugar que yo ocupé por un trato justo.

Jeongin parpadeó sin entender a qué se refería con engañar y con el tema del novio. Se pegó a la muralla alterado, no podía creer lo que escuchaba.

—Y tú eres santo—fue el turno de Seungmin de atacar—No me humillaste ni manipulaste para hacer todo lo que quisieras, tampoco me decías cada maldito día que cuando esto terminara nunca volveríamos a vernos—brotaba dolor de sus palabras—¡Sé que es mi culpa haber iniciado la mentira pero deja de fingir, detente!

—¡No estoy fingiendo!

—¡Lo haces todo el tiempo, incluso ahora!

—Ves algo que no existe, Seungmin—Jeongin se tragó las ganas de llorar, ahora comprendía parte de lo que sucedía. Seungmin le había pedido a Hyunjin que fuese su novio falso.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora