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Al salir de enfermería, responder el mensaje de Minho y terminar las últimas clases, Seungmin caminó decidido a las frías gradas de la cancha de la escuela, Hyunjin había cambiado el lugar de reunión porque en la piscina comenzaba a helarse temprano. Se suponía que salía más tarde al ser de último año, pero donde solo quedaba esa semana y la agregada de emergencia la mayoría de las materias estaban casi cerradas, en consecuencia podían salir al horario normal, igual que el resto de los grados. Y pensando en Hyunjin, a lo lejos lo vio dormir, estirado en la larga superficie.

—Despierta—le tiró el bolso al estómago, despertando al chico más dramático que alguna vez haya conocido. Seungmin rodó los ojos ante la siguiente escena.

—Podrías haberme matado, bestia—lloriqueaba, sobándose adolorido—Por poco y no me caigo por los escalones.

—Podrías dormir más abajo—recomendó sentándose a su lado y dejando caer la cabeza en el hombro de Hyunjin—estoy cansado, llévame a casa.

—Dormiste toda la mañana—se quejó.

—No pude dormir, no dejabas de enviarme mensajes—sonrió disfrutando de las vibraciones del cuerpo de Hyunjin al reír.

—Estaba aburrido, nadie me encontró.

—Pobrecito—Seungmin hizo un puchero, apretando las mejillas de Hyunjin. 

—sif, trafte def habfafte y no me confesfa ¡Bafta!—Seungmin carcajeó, quitando la mano y la cabeza. El azabache se acarició el rostro, mirando despectivo al menor, obviamente no se lo tomó en serio pero Hyunjin exageraba más de lo necesario—Si hubieras estado te habrías puesto a olfatear todo el lugar y me hubieras encontrado en poco minutos, como un buen cachorro.

—Hyunjin, eres...—Seungmin se levantó, sin importar las miradas chismosas de algunos estudiantes—¡No me sigas!

—¡Vamos al mismo lugar!

Cierto. Seungmin escuchó silbar a su... gentil novio por detrás, pinchando su espalda con un lápiz cada tanto para dar cuenta que aún seguía ahí. Seungmin bajó la cabeza sin dejar de sonreír, era tan feliz con esos pequeños momentos, a pesar de lo herido que estaba por las palabras de Hyunjin en el parque, aún seguía queriendo estar cerca, rodeado de la inmesa gracia que traía su vida.

🐕

Tres días después Seungmin repartía los platos con media lunas por una mesa, el primer semestre de los universitarios terminaba y estos disfrutaban celebrando su tiempo libre, los tres últimos días una ola de jóvenes asistía a la cafetería.

—Y dos americanos—Seungmin asintió, anotando la orden en la libreta.

—Claro, los traeré enseguida.

—Gracias—salió disparado a la barra, su jefe se movía de lado a lado preparando las bebidas. Seungmin dejó el papel en el mostrador, para después dejar en la bandeja los cafés pendientes.

—¿No crees que quizá necesitamos ayuda?—habló insinuante al relajado chico que estudiaba en la barra. Hyunjin levantó la cabeza indiferente, volviendo a mirar su computadora.

—Yo no trabajo aquí—Seungmin le tiró una servilleta hecha una bola, llamando la atención del mayor.

— ¿Cómo te ha ido en los exámenes?—le preguntó, ordenando los platos y tazas en la bandeja. Todavía le faltan los dos americanos para ir a dejarlo todo junto. Hyunjin lo miró sonriendo, bebiendo un sorbo de su té.

—Excelente, Minho no me alcanzaría ni en sueños—Seungmin bufó, estaba aburrido de la tonta competencia entre ambos, cuando se juntaban en el almuerzo siempre terminaban discutiendo. Incluso Lia se enojó con Minho por ser tan idiota cuando Hyunjin estaba alrededor—He tenido tanto tiempo libre que superé mi récord personal.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora