𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿ

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El Martes llegó rápido, Seungmin estaba nervioso y ansioso a la vez por el trabajo, pero acabó siendo más fácil de lo pensado. Ese día no recibió ningún mensaje de Hyunjin, tampoco lo vio por la escuela, fue hasta la piscina pero no había rastro del mayor.

—Seungmin, me salvaste la vida—decía Chan al verlo ir y venir al mostrador con la bandeja. Al parecer habían muchos clientes que iban a la cafetería para ver específicamente a Hyunjin caminar por el local.

—Lo siento, no soy atractivo—Se disculpó, no tenía la belleza de Hyunjin para atraer a tantos clientes.

—No digas tonterías, mis clientes están satisfechos con observarte —Chan apuntó disimulado a unas cuantas mesas, en las que varios grupos de chicas miraban con ojos de corazón al pelinegro—Eres increíblemente lindo, Seungmin.

Lindo. Hyunjin había dicho lo mismo el otro día, y es que no podía dudar cuando lo dijo con tanta seguridad. Seungmin creía que quizás sí era lindo. 

El primero día laboral terminó en un parpadeo, y al día siguiente nuevamente no encontró a Hyunjin. Seungmin estaba preocupado, el lunes tenía la temperatura alta y no paraba de toser, presentía que se había enfermado el sábado en la cita, Hyunjin no estaba con la vestimenta adecuada para el crudo otoño. A penas finalizó su jornada en la escuela el miércoles fue a buscarlo a su salón, pero unos compañeros le dijeron que el azabache había agarrado una gripe y que tenía licencia médica. Seungmin corrió a la cafetería apresurado, le preguntaría a Chan si sabía la dirección de la casa de Hyunjin para ir a visitarlo después del trabajo, sentía culpa por arrastrarlo a un incómoda "cita" en el día más frío que llevaban de la temporada.

—¿Por qué debería darte su dirección? Me dijiste que no son amigos—Seungmin se sacó la boina estresado, no sabía cómo explicarle a Chan lo raro de su relación. Llevaba más de diez minuto tratando de que el australiano (Seungmin lo descubrió por la estampilla pegada al delantal de Chan) soltara algo relacionado a Hyunjin.

—No lo entenderías—susurró abatido. Chan le entregó una nueva orden, era el segundo día que Seungmin llevaba y ya tenían clientes frecuentes que venían hasta tres veces en una misma tarde. Seungmin cortésmente rechazaba sus invitaciones para tomar un té. 

—Mira, no tengo idea en lo que anda metido Hyunjin contigo, me sorprendió ver un alma tan  inocente como la tuya colgando de él, y más que se viera tan....—se calló.

—¿Uh?

—Nada, nada, cosas mías—Seungmin de quedó en el mostrador sosteniendo la bandeja, extrañaba un poco mucho a Hyunjin, quería tener una excusa para ir a visitarlo, pero Chan se la hacía difícil. —Ah, no pongas esa carita de perrito abandonado—El dueño de la cafetería volvió, dejando un pequeño papel en la superficie. Se fue corriendo a la caja registradora, habían dos personas esperando. 

Seungmin sonrió, agarró el papel con la dirección en uno de los bolsillos y se fue contento a entregar el pedido a una mesa. Mas tarde iría verlo, solo esperaba que Hyunjin no se lo tomara mal.  

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Chan lo dejó salir cinco minutos antes. Cinco.

Era la nada misma pero se lo agradeció, si Hyunjin estaba enfermo eso significaba que debía tomar medicamentos, así que pasó a comprar a la farmacia un termómetro y pastillas para la garganta, no sabía mucho del tema por lo que le pidió ayuda al farmacéutico para comprar lo correcto, hasta le incitó a comprar un termómetro, por poco el vendedor no lo hace llevarse todo. Chan le dijo que Hyunjin estaba solo en casa todo el tiempo, su padre salía de negocios por muchas semanas y la madre vivía en otra ciudad con la hermana menor de Hyunjin, no tendría que preocuparse por llegar interrumpiendo una tarde familiar. Le daba pena que el mayor viviera solo, Seungmin pocas veces veía a sus padres debido a que llegaban tarde del trabajo, pero tenía a Yuna pisándole los talones por toda la casa, nunca estaba solo.