#2 extra! ♡

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parte 2/2

—¡Llegué!

Seungmin se lanzó al suelo tomando al cachorro, tropezándose con la alfombra. Se tragó el quejido y corrió por el pasillo hacia la habitación para esconderlo. Había comprado una corralito plegable para que el can se quedara dentro del círculo y no hiciera travesuras.

—¿Seungmin?—cerró la puerta detrás, acomodando a Kkami en el lugar.

—¡Ya voy!—le dio una palmadita, pasándole la pelota para que jugara—Guarda silencio, vendré enseguida—le dirigió una última mirada antes de salir, caminando a trote lento para no levantar sospechas.

Hyunjin había dejado el bolso encima en la mesa de la entrada, junto con las llaves y un paquete de cartón, seguramente los helados. Seungmin escuchó el agua correr desde el baño de visita, el mayor se lavaba las manos.

El de cabellos cortos salió con una enorme sonrisa, y Seungmin juró volverse a enamorar. Hyunjin se estiró, recibiendo con los brazos abiertos a su pareja, abrazándolo con fuerza.

—Hola, cachorrito—susurró contra su cabeza, causándole mil cosquillas por la piel.

—Hola, mi amor—Seungmin le apretó las mejillas mientras que Hyunjin rodeaba su cintura. Se balancearon unos segundos, con tan solo mirándose.

—Tengo malas noticias, Seung—Hyunjin le acarició la nariz con la suya, soplando un cálido aire sobre sus labios.

—Mh, se te derritieron los helados—adivinó.

—¿Cómo supiste?—Seungmin se aferró a los extensos músculos de los hombros, retrocediendo hacia la isla de la cocina. Hyunjin lo empujó en la superficie, sonriendo.

—Abrí la bolsa.

—Siempre tan impaciente—le regañó a medida que lo levantaba para sentarlo. Seungmin abrió las piernas para que su esposo se posicionara en frente, dándole espacio—Cásate conmigo.

Seungmin se rio, ajustando los labios en los del más alto, saboreando finalmente la menta y chocolate en la boca de su esposo. Hyunjin le besó con calma, sonriendo cada tanto por culpa del nerviosismo del menor; seis años y aún se convertía en un joven inocente e inexperto, ajeno de la variedad de pensamientos en la mente de Hyunjin.

—¿Por qué quieres casarte conmigo de nuevo?—Hyunjin le dejó un par de besitos por el rostro.

—Porque me gustas—Seungmin le revolvió el cabello, enredando los dedos en la el cuero cabelludo. Cerró los ojos disfrutando de cariño de Hyunjin, la luz explotando en colores por dentro de su cuerpo—Y porque quiero ir a Italia.

—Eres un descarado—Hyunjin lo bajó, llevándolo en brazos al sofá—¡No, no, tenemos cosas que hacer!

—Pero cachorrito, solo unos minutos—rogó, recostándolo en la suave tela. Seungmin negó, empujando a Hyunjin fuera—No seas así, déjame descansar.

—No me hagas ojitos—le apuntó con el dedo, índice que Hyunjin mordió—¡Hyunjin!

—Seungmin—pidió, con esa voz que lo volvía loco. Con el peso de la consciencia, asintió despacio, evitando ver el brillo satisfactorio de Hyunjin por lograr convencerlo. Siempre lo hacía—¿Cómo te fue hoy?

—B-bien...

—¿Reprobaste a muchos inútiles?

—No seas...ma—Hyunjin se rio—malo.

—¿Por qué hablas entrecortado, Seungmin?

—Cállate—se esforzó en murmurar la frase entera, reprimiendo un sonido desde lo profundo de su garganta. Hyunjin le dejó otro beso en el cuello, oliendo por detrás de su oreja.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora