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—¿Quieres?

—Iugh—Hyunjin hizo un gesto de asco al ver lo que le ofreció el menor, llevándose a la boca su propio helado. Seungmin recorrió la vista por la mesa, Minho y Jeongin compartían un algodón de azúcar y Changbin comía felizmente una hamburguesa.

—¡Pica!—gimió Felix soltando los palillos, Chan le había comprado ramen.

—¿Me dejan probar sus helados?—preguntó Jisung, interrumpiendo el intentó número dos de Hyunjin para acercarse Seungmin. El pelinegro echó la cabeza hacia atrás, desesperado.

—No—Seungmin escondió su helado, corriéndose en la banca por culpa de Jisung, que por cierto se sentó entre ambos.

—Ese no me gusta, quiero el de Hyunjin—dijo refiriéndose al de fresa. El de cabello largo empujó con la mano la cabeza de Jisung, tirándolo lejos—¡Auch!

—Ve a molestar a otros.

—¡Pero todos están en parejita!—apuntó a la mesa, en dónde cada par resolvía sus propios asuntos. Seungmin observó curioso a Minho, conversando animado con Jeongin.

—Changbin no tiene, ve con él—Le recomendó Seungmin, que de a poco se aproximaba a su antiguo lugar. Jisung hizo una mueca desagradable.

—No estoy solo—se metió Changbin, limpiándose la cara con una servilleta—Estoy con mi amigo.

—¿Cuál amigo?—preguntó Jisung inocente, saltando de un lado a otro para llegar a Seo.

—Se llama qué te importa.

—Ah, son crueles conmigo.

Seungmin se levantó, la noche se acababa y aún no podía decirle a Hyunjin lo mucho que le gustaba, iba a perder su oportunidad.

—Iré a dar una vuelta—les informó con confianza, botando el vaso de helado en el basurero. Le lanzó una mirada indirecta a Hyunjin.

—Te acompaño—Hyunjin le pasó el helado a Han, casi estrellando la crema en el pecho del pequeño—Come un poco.

—¿No irán con nosotros a la montaña rusa? Ahora hay menos gente—preguntó Felix antes beber un sorbo de agua, los grandes ojos del extranjero estaban rojos por el picante. Chan le dió unos golpes en la espalda, preocupado.

—Se irán a dar besitos, traviesos—se burló Jisung, tragando el helado de Hyunjin y ensuciando su barbilla.

Ojalá.

—Jeongin, ¿Puedes cuidar al perrito?—Seungmin le pasó el peluche a su amigo, quién asintió de acuerdo, guardando el animal en su bolso, Yang era un chico preparado.

—Seungmin—se volteó a Hyunjin, esperándolo desde el farol, se veía apurado.

Tragó nervioso ¿Hyunjin sabía que se moría de ganas de estar a solas? ¿Sabía que había algo que le atormentaba y qué debía decirle? ¿Sabía que quería cumplir lo dicho por Jisung? No lo descubriría hasta ir. El mayor lucía elegante, genuinamente ajeno de la vida real alrededor de toda las personas de aura mundana, Hyunjin era otro tipo de persona, uno del que Seungmin estaba agradecido de tenerlo, de fingir que lo tenía.

—Nos vemos más tarde, diviértanse—se despidió del grupo, corriendo hacia Hyunjin. El más alto le acarició el cabello, atrayéndolo a su espacio.

—¿Qué quieres decirme?

Ah.

—¿Por qué preguntas?—lo arrastró a la sección del puente, la rueda de la fortuna alumbraba el bello lugar. Hyunjin se rió, tocando las rojizas mejillas de Seungmin.

𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐨𝐧𝐠 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora