Capitulo 12

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Cuando llegamos a su casa, Peyton me ofrece su cama para dormir.

-¿Y tu dónde dormirás?

-Aquí-. Dice y saca un colchón de su armario.

-Gracias por todo-. Me acerco, le sonrío y lo abrazo. Pero el me separa rápidamente y me besa.

-Por nada.

Nos acostamos y dejo que mi brazo caiga por el borde de la cama y me sujeta con la suya.

-Peyton, tengo miedo-. Le digo casi llorando. Temo que le pase algo a m padre durante la cirugía.

-¿Es por tu padre, verdad?- asiento con la cabeza.

-Tranquila, va a estar todo bien. Los médicos ya te dijeron que no corre peligro.

Se levanta y me seca con su pulgar nas lágrimas que se me escaparon, después me da un beso en el cachete.

-Descansa-. Dice y se acuesta nuevamente en el colchon.

-Tu igual.

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Al otro día, me despierto con la luz del sol que entra por la ventana de la habitación. Me toma unos segundos darme cuenta de dónde estoy. Miro a Peyton, sigue dormido, de lado contrario, por lo que el sol no le da en la cara. Me coloco boca arriba y me pregunto como habrá salido la operación y como estará mi madre. Tomo mi celular y le mando un mensaje a Santiago, para ver si sabe algo. Me responde enseguida, y dice que lo ha llamado al Hospital y le dijeron que ha salido todo de maravilla. Ya se puede sentar, y mi madre solo necesitará permanecer una semana con el cuello ortopédico. Cuelgo y tengo una gran sensación de alivio que me recorre todo el cuerpo.

-Buenos días-. Dice Peyton al verme sentada en la cama. Sube y se sienta conmigo.

-Buenos días. 

-Tienes noticias ¿No?- pregunta. Le cuento todo lo que me dijo mi hermano.

-Espero que ya puedan regresar a casa-. Agrego.

-Seguro que si-. Dice y me sonríe. Otra vez siento esa calidez que me da su sonrisa.

Bajamos a desayunar y su padre se ofrece a llevarme al Hospital y pasar por mi casa a buscar a mi hermano. Acepto y le agradezco.

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Dentro del Hospital, los enfermeros preparan la ropa de mis padres, pero nos advierten que deben hacer reposo absoluto durante la na semana, y mi padre debe usar un yeso en el brazo durante 90 días. Por lo cual, debe tomarse un descanso en su trabajo.

Una vez en casa, llamo a la abuela y le cuento que y están en casa, y se ofrece a quedarse toda la semana para ayudarnos. Santi y yo, no sabemos cocinar nada, de verdad, y para la abuela, esa es su especialidad.

Suena mi teléfono. Es Agus, debe haberse enterado de lo que paso; la atiendo y le cuento todo.

-Bueno, lo importante es que están bien-. Dice al final de mi explicación.

-Por su puesto.

-Estefi, ¿Quieren venir vos y Peyton a cenar esta noche a mi casa?- Miro a Santi y le preguntó si el se quedaría con mis padres y asiente.

-Claro, seria genial.

-De acuerdo, nos vemos esta noche.

Peyton pasa a buscarme a las ocho, Agus siempre hace que valla una hora antes, siempre tiene algo para decirme. Esta vez, yo tendría que contarle sobre Facu y su reaparición y que le prometí que seré su amiga.

Llegamos a la misma vez que Flor.  Para mi sopresa, con Axel, el chico del baile. Me saluda y entramos los cuatro juntos.

Adentro, Agus esta con Sebas, Lauti con Maca y Mati con Malvina. Tal como en el baile.

-¡Hola Estefi!- dicen los chicos.

-¡Bienvenida a la reunión del baile!- grita Agus. No puedo evitar reírme.

El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora