Dream boy

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— ¿En qué piensas?

La mirada verde admiraba la Luna, los ojos rojizos se dirigieron también al satélite frente a ellos, suspiró y se dejó caer en el pasto junto a Izuku.

— No sé...

La risa de Deku adornó el lindo ambiente, la gran Luna blanca los miraba mientras ellos estaban uno junto al otro. No decían nada, el silencio era lo único que había en esa noche estrellada. Pero el silencio no era incómodo, se sentían bien, no había nada que decir de todas formas.

Sólo disfrutaban el momento.

— Kacchan...

— Mhm...

— Creo que me gustas.

Bakugo cerró sus ojos, se quitó su capa roja y la puso en el cuerpo de Izuku, se acercó al cuerpo del peliverde y lo abrazó. De igual manera Midoriya le correspondió el abrazó, se acercó a su rostro y retiró los cabellos rubios de su frente para darle un beso.

— También creo que me gustas.

Las manos con cicatrices acariciaban los cabellos cenizos del principe, Bakugo comenzaba a cerrar los ojos por el cansancio y se dejó llevar por la sensación de estar con el plebeyo del que se había enamorado.

☀️

— ¡Katsuki!

El rubio despertó exaltado y miró a su compañero de cuarto, el pelirrojo ya estaba vestido con su uniforme deportivo y Bakugo gruñó para después levantarse rápidamente y vestirse a la velocidad de la luz.

— De nuevo soñé eso...

— ¿Con Deku?

El cenizo asintió y terminó de cambiarse, corrió rápidamente al baño, tomó su cepillo de dientes y puso pasta para después empezar a cepillarse los dientes.

— Hermano, debes de dejar de ver tus películas, es como los videojuegos violentos, después de jugarlos, tu mente se encarga de crear escenarios similares a los que has visto.

— Ejo ej lo maj tonto que he ejcushado.

— Escupe Bakugo, no te entendí nada.

Bakugo rodó los ojos y escupió la pasta junto a la espuma y saliva, se limpió con una toalla y miró a Eijiro.

— Que eso es lo más tonto que he escuchado.

— Bakugo, es en serio, tus cuentos y novelas de vidas pasadas están afectando tu pequeña cabecita de adolescente de diecisiete años.

Ambos salieron de su dormitorio y Katsuki seguía pensando en el chico verde de sus sueños, sus manos pecosas se habían sentido muy reales para ser simplemente un sueño.

Cada noche, cada que dormía tranquilamente, aparecía Izuku. Era extraño, sólo cuando estaba relajado podía lograr ver a su enamorado inexistente que su mente le hacía creer que existía.

Todo empezó cuando su abuelo le regaló un libro, era sobre historias de reyes y dragones. Le agradó muchísimo el tema y comenzó a investigar por su cuenta. Compraba libros, historietas e incluso una que otra novela aunque no era muy fan de las historias de amor.

— ¿Quieres ir con Kaminari, Sero y Mina a los bolos? Debes de dejar de pensar en tu novio de tu cabecita y comenzar a buscar a una chica o un chico que sí sea de carne y hueso.

— Te estás ganando una patada en las bolas.

— ¡Wah! ¡Ahí no!

🌑

𝕓𝕜𝕕𝕜 𝕚𝕟 𝕒 𝕟𝕦𝕥𝕤𝕙𝕖𝕝𝕝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora