Mistletoe

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Kaminari lo sabía.

Kirishima lo sabía.

¿Cómo ese par de tortolos no podían darse cuenta que sus ojos brillaban como luceros cada vez que se miraban?

¿Cómo Bakugo no podía darse cuenta de que Midoriya estaba completamente loco por él?

Y, ¿cómo Midoriya no se daba cuenta que tenía a Bakugo a sus pies?

Mierda, el amor es una maldita basura pero cuando tú te enamoras... Sigue siendo basura.

Pero basura bonita.

Era Diciembre: luces decoraban las casas de los vecindarios, los árboles tenían varias esferas en sus ramas cubiertas de nieve, las personas vestían ropas abrigadoras para no morir congelados por el frío.

Kirishima caminaba junto a su mejor amigo, Bakugo veía las casas llenas de luz mientras que jugaba con el botón de su abrigo.

- Hombre - llamó el pelirrojo haciendo que la mirada escarlata se concentrara en sus palabras, frunció el ceño, - ¿Acaso no piensas decirle a Midoriya?

Katsuki dejó salir una risa sarcástica, miró de nuevo las casas y sintiendo el aire frío chocar con su blanquecina cara.

- ¿Decirle qué? - preguntó Bakugo, - No tengo nada que decirle a ese idiota.

Eijiro comenzó a reír y dio varias palmadas en la espalda del cenizo, a lo que el rubio comenzó a enojarle.

- ¿Qué mierda te pasa, cabello de mierda? - tomó del cuello a su amigo y este le sonrió para después comenzar a reírse más fuerte.

Y vaya que estaba haciendo enojar a ese chico explosivo.

- Me da mucha risa saber que ni tú lo has notado - dijo Eijiro para después quitar las manos ajenas de su cuello de la chamarra, - Par de tontos.

- ¡¿A quién llamas tonto?! - gritó Bakugo listo para estrellar su puño en la cara del pelirrojo.

Siguieron caminando hasta llegar a una tienda de regalos, Kirishima entró primero y una campanita sonó al abrir la puerta.

- ¡Kirishima! - salió de un cuarto una pelirosada, abrazó al de iris rojos y el chico detrás de él rodó los ojos.

Tanto afecto hacia que su estómago se revolviera.

- Mina - saludó Eijiro y se quitó su chamarra de invierno, dejándola en un sofa.

Habían ido a la tienda de Mina para recoger el regalo que Eijiro le había comprado a Denki, pronto sería Navidad así que debía tener todo listo.

- ¡Katsuki! - la chica abrazó al otro chico y él puso resistencia pero no pudo hacer nada, bufó.

- Bakugo - habló el cenizo y Ashido se separó de él, mirándolo a los ojos haciendo que se alejara de ella.

Ella también lo sabía.

- ¡Dile! - gritó Mina, Katsuki bufó de nuevo y sobó sus cienes, - Si no le dices ahora, te arrepentirás después.

Bakugo se sentó en el sofá, pensando en la posibilidad de perder a ese chico llorón.

Quería tenerlo cerca de él, admirando sus movimientos y la tonta manera en la que se reía. Amaba tenerlo cerca, amaba la manera en la que que su pequeño cuerpo encajaba a la perfección con el suyo.

Lo amaba, pero no se lo diría.

- No lo haré.

Kirishima se dio una palmada en su cara, a punto de darle un buen golpe a su mejor amigo antes de que él se diera el duro golpe de ver a la persona que ama con otra.

𝕓𝕜𝕕𝕜 𝕚𝕟 𝕒 𝕟𝕦𝕥𝕤𝕙𝕖𝕝𝕝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora