El vapor salió de su boca, sus labios volvieron a unirse en un delicado beso mientras el rubio metía con lentitud su pene dentro de la apretada entrada del peliverde, Izuku rió al sentir como las manos de su novio acariciaban su piel, se separó de él y besó su frente, lo miró a los ojos y ambos tenían sus ojos llenos de lágrimas, tal vez por el placer, tal vez por lo que pasaría mañana.
Si había uno.
— Sabes que te amo mi vida, — el cenizo le susurró al oído, el peliverde sonrió y acarició las mejillas de su novio, amaba cuando Katsuki le decía que lo amaba, incluso si no era verdad, incluso si ambos saldrían lastimados, — ¿Verdad?
— Igual te amo Kacchan.
La playa era silenciosa, el sonido de las olas romperse era lo único que les hacía recordar que pronto acabaría la pesadilla, Bakugo dejó en la arena a su amado y lo besó, metió con un poco de fuerza su pene dentro del chico e Izuku lo miró con adoración, al igual que Katsuki lo miraba con ternura.
Amor.
— Hazlo adentro Kacchan... — rogó Deku mientras abrazaba por el cuello al rubio, los ojos rojizos viajaron desde su lindo rostro hasta sus genitales, sonrió y empezó a embestirlo con más rapidez, los hermosos gemidos de su chico adornaban el ambiente tropical.
Katsuki dejó todo dentro de él, ambos sonrieron y se dejó caer en la arena junto a su novio, se miraron y volvieron a unir sus labios con un delicado beso.
Miraron el cielo, sus cuerpos desnudos sentían la brisa húmeda de la playa y los ojos escarlatas comenzaron a llenarse de lágrimas.
— Dime que no me olvidaras Izuku... Te lo suplico...
El pecoso tomó su mano, entrelazó sus dedos con los de él y Bakugo comenzó a llorar mientras observaba la gran Luna acercarse a la Tierra, o tal vez, la Tierra acercándose a la Luna.
— Jamás te olvidaré mi vida.
Se abrazaron, era lo menos que podían hacer, se miraron a los ojos y ambos comenzaron a llorar, se levantaron de la arena y se pusieron su ropa interior, Midoriya tomó su celular y puso música, tomó la mano de su amado y comenzaron a bailar.
La marea subía y se escuchaban los pájaros cantar, o al menos, las mentes de esos dos jóvenes así lo pensaban, intentaban olvidar que pronto su vida acabaría, como la de las demás personas en esa roca redonda.
«It's incomplete without you...»
Lloraban mientras reían, reían mientras lloraban. Katsuki le dió una vuelta a Izuku y besó sus mejillas, el pecoso rodeó su cuello con sus brazos y empezaron a bailar con más lentitud.
Había mucho amor que dar y poco tiempo para hacerlo.
— Te buscaré en todas mis vidas, Izuku Midoriya, me casaré contigo y no podrás escapar de mi como esta vez...
El peliverde rió mientras sus lágrimas bajaban con rapidez de sus mejillas, asintió y Katsuki besó su frente, tomó su mano y la besó, sus lágrimas mojaban la arena.
— Te amo demasiado Katsuki Bakugo...
La Luna estaba aún más grande, cubría gran parte del cielo color negro con algunos puntos brillantes, Bakugo besó a Midoriya y siguieron bailando.
No sabían que hora era, pero sabían que ya era la hora.
Se miraron, por última vez, como ese momento en donde Katsuki pensó que perdería a Izuku, sonrieron y se miraron con adoración como todas las noches.
— Te amo.
«It is happening again...»
— Te amo.
Escucharon mucho ruido, sonrieron y se tomaron de la mano.
No podían hacer nada, sólo esperar hasta que alguien robara sus almas, no esperaban a alguien que los salvara porque era inútil, era la naturaleza, debía seguir su curso.
La mirada rojiza y verdosa se miraron, sonrieron y se abrazaron.
— Te buscaré siempre.
— Y yo a ti.
Se escuchó un profundo silencio, cerraron los ojos y de un momento a otro, sus oídos ardieron.
Y su amor culminó con el fin del mundo, tal y como Katsuki se lo había prometido a Izuku.
