dekufem.
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A veces me preguntaba porque la vida seguía burlándose de mi en mi cara, no sabía que tipo de castigo estaba pagando o que había hecho en mi pasado para que el karma me lo regresara. Por más que trataba de recordar que era lo que había hecho, simplemente no aparecía en mi cabeza.
Sabía que había perdido, estaba parada en la esquina de dónde él vivía, esperaba verlo con los brazos abiertos listo para que me diera un abrazo. Pero no.
Lo estaba viendo con alguien más, mejor dicho, con mi mejor amiga.
Había viajado sesenta millas sólo para ver como se besaba con ella.
Sabía que nuestra relación se estaba acabando poco a poco, como si las cenizas de una fogata comenzaran a apagarse por el viento de un frío invierno.
Pensaba que regresando de mi viaje podríamos arreglarlo, pero supongo que no había nada que arreglar.
Esperaba que pudiera terminar antes conmigo para estar con ella pero, supongo que si ella lo deja, estaré yo como su plan B.
- Por favor sosten su mano como nunca sostuviste la mía - sequé mis lágrimas girando mis talones para comenzar a caminar hacía ningún rumbo, un sollozo salió de mi garganta y mordí mi labio con poca fuerza, - Seca sus lágrimas cuando empiece a llorar.
¿Cómo podría olvidarlo si rompió mi corazón en dos?
Pero lo perdonaré siempre porque aún lo amo.
. . .
- ¿Por qué no me dijiste que había vuelto?
Miré sus ojos rojizos, suspiré y sonreí mientras tomaba un sorbo de mi café americano, él acercó su mano a la mía pero la moví rápidamente.
- No iba a volver pero lo hice, no supe porqué. Quizá una parte de mi quería verte y la otra deseaba no haberte conocido. Esperaba verte con los brazos abiertos para un cálido abrazo pero... Supongo que era tarde. Tal vez te herí, tal vez no, no me importa ahora...
- Sé que nos viste a cara redonda y a mi...
Asentí, tomé otro sorbo. Mi corazón aún seguía palpitando pocas veces por él pero había visto la realidad de las cosas. Nunca fuimos el uno para el otro, sólo éramos pasajeros en nuestras vidas.
- Te amo Izuku... No sé que pasó, simplemente fueron un par de noches y uno que otro beso. No hay nada entre nosotros.
- Lo sé Bakugo, sé como eres.
Él tragó saliva, sonreí y saqué un par de billetes para pagar la cuenta y algunos otros como la propina.
- No te tengo rencor o hasta ahora no lo tengo, te pido perdón de antemano si te herí o hice algo malo contra ti, no fue mi intención. Voy a irme de nuevo, sólo quería que terminara de una mejor manera y no con una yo llorando porque no concluyó como debería. Cuídate Bakugo.
Me dí la vuelta lista para salir, me consideraba una persona que lloraba por el mínimo dolor en el pecho que aparecía pero ahora no sabía como dejarlo salir. Supongo que él había destruido una parte de ese lado sentimental que tenía.
- Deku.
- Izuku, por favor.
- Izuku... ¿Podrás perdonarme algún día?
Me dí la vuelta, su mirada se cruzó con la mía y sus lágrimas estaban apunto de salir. Jamás creía que vería esa parte de Katsuki, supongo que Uraraka había hecho algo con él. Algo que yo nunca pude ver o hacer.
- Siempre te perdonaré - sonreí y metí mis manos en la gabardina color beige y lo miré a los ojos, - Eso siempre lo decía cuando lloraba en las noches recordando como si fuera una pesadilla el día en que te metiste con mi mejor amiga, ¿por qué lo hiciste? ¿Había algo que yo no podía darte? Nunca pude responder esas preguntas y por fin, después de algunos meses, ya no me interesa saber tu respuesta. Las cosas pasan por algo, supongo que era la manera en la que tenía que terminar y siendo honesta, pensaba en que terminaría en que algunos de los dos terminara la relación y no contigo besándote con Uraraka.
Él me veía con sus lágrimas escurriendo por sus mejillas, saqué de mi bolso un pañuelo y se lo dí, él lo tomó y lo miró atentamente para después meterlo en su chaqueta negra.
- Respondiendo a tu pregunta, aún no sé si perdonarte, pero lo más seguro es que no lo haga nunca. Sé que tú tampoco lo harías si me metiera con uno de tus mejores amigos, podría hacerlo, pero no quiero caer demasiado bajo como tú y Uraraka. Espero comprendas. Hablando de ella y por cierto, dile que Iida quería pedirle matrimonio pero que no se animó al saber que tipo de chica era. Si lo hizo una vez, dudo que no lo vuelva hacer, adiós.
Esta vez no habría lágrimas, no habría abrazos.
Era la manera en la que tenía que terminar. Pudieron ser otras, pero preferiría mil veces esta.
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Algunas personas piensan que son las rubixs quienes te quitan todo pero, para mi, siempre serán lxs castañxs oscuro.
Bai.
