cheating. idiot bakugo.
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Era el cumpleaños de Bakugo, Izuku le había dicho a Katsuki que ese día tendría que ausentarse por su trabajo pero en realidad quería darle una sorpresa. En su mano llevaba la caja de pastel y chocolates picantes que a su novio le fascinaban aunque lo negara.
Abrió la puerta y estaba la luz apagada y quiso dejarla así, percibió el exquisito olor a katsudon y dejó el pastel en la mesa, supuso que Katsuki estaría durmiendo ya que eran las diez con cuarenta y siete.
Se acercó lentamente a su habitación y escuchó como algo chocaba contra la pared, abrió lentamente la puerta y su estómago se revolvió. Sus manos comenzaron a sudar y sus ojos rápidamente se nublaron por las lágrimas.
Katsuki estaba siendo embestido por nada más y nada menos que su mejor amigo, Todoroki.
La persona en la que confiaba plenamente lo había apuñalado por la espalda. La persona que le ayudó a declararse a Kacchan lo defraudó.
Cerró la puerta con cuidado, limpió las lágrimas y caminó hacía la cocina, tomó el pastel y los chocolates y salió del departamento de Katsuki.
El frío chocaba con sus mejillas y suspiró, claramente Katsuki nunca iba a cambiar. Pero él fue el más tonto por pensar que lo haría.
— Feliz cumpleaños Kacchan...
Comenzó a caminar y se encontró con un basurero, tiró el pastel de frutos rojos y abrió la caja de los chocolates y tomó uno, saboreó un poco y después lo escupió. A él no le agradaba el sabor.
“¿Fingías que te gustaban los chocolates al igual que fingías que habías cambiado?”
También tiró los chocolates y siguió con su camino.
No sabía si llorar o reírse de si mismo, vamos, era Bakugo, nunca cambiaría y no sabía porque tenía la esperanza de que lo iba hacer.
Pero algo era claro, jamás le volvería a dirigir la palabra a Todoroki ni a él.
. . .
— ¡Deku!
Katsuki corrió hacía a él y lo abrazó, Izuku lo miró y se apartó de él con su mirada en el suelo.
— Me voy a ir a América.
— ¿Qué? Pero si acabas de volver.
La mirada escarlata trataba de buscar a la mirada esmeralda pero la mirada color jade ya no estaba. Era un color opaco, como las hojas de una flor marchita que parecía muerta.
— No me felicitaste en mi cumpleaños...
— ¿Y qué? No es como si fuera un día felíz para mi.
— ¿Qué mierda te sucede? ¡Tú eres el que más se emociona por mi cumpleaños!
— Pues supongo que ya no lo haré, después de todo, recibiste tu regalo, ¿no? Gózalo.
Izuku comenzó a caminar dejando atrás a Katsuki, Bakugo corrió detrás de él y le tomó la mano a su novio. El peliverde suspiró y quitó la mano blanquecina de Bakugo.
— Te ví...
— ¿E-eh?
— Con Todoroki...
Midoriya lo miró a los ojos con los suyos completamente llenos de lágrimas, Katsuki trató de acercarse pero el pecoso negó lentamente y metió sus manos.
— Me sentía solo Deku... No estabas en casa y...
— No quiero escuchar tus excusas, ya fue suficiente, te cansaste de fingir, me cansé de esperar... Se acabó Bakugo.
— Pero Deku, yo te amo, sé que he sido lo peor pero-
— Cállate... Por favor...
— Izuku...
La mirada verde se dirigió al intruso y su sangre comenzó a hervir pero no estaba en sus cincos sentidos para pelear con alguien.
— Midoriya, yo-
— Quédatelo, igual te va a engañar a ti.
Izuku comenzó a caminar fuera de la agencia, ahora todos sabrían el tipo de persona que era Dynamight y Shoto.
Se lo merecían.
. . .
Cinco años después.
— ¡Deku-kun!
La castaña corrió hacía Izuku y él la abrazó con fuerza, Uraraka ya no era esa chica de veinte años que recordaba antes de irse a Estados Unidos, ahora tenía el cabello largo atado en una coleta y...
— ¡¿Estás embarazada?!
— ¡Sí!
Izuku abrazó nuevamente a Ochako y miró a Iida que estaba detrás de ella, el peliazul se acercó a ellos y también los abrazó con fuerza.
— Felicidades chicos, me alegra verlos así.
— Gracias Midoriya pero, ¿cómo estuvo todo? ¿Cuántos huesos rotos?
— Hasta eso no muchos, sólo una vez la muñeca y una costilla rota, un record nuevo.
— Claro que sí.
Los tres chicos rieron e Izuku sintió una mirada, buscó entre todas las personas que estaban en el aeropuerto y se encontró unos ojos rojos conocidos.
— ¿Qué hace él aquí?
— Deku-kun, yo le dije que no viniera pero no me hizo caso.
Escarlata comenzó a caminar hacía a él e Izuku suspiró, tomó su maleta y caminó hacia la salida del aeropuerto donde se encontraba Katsuki y lo ignoró pasando a lado de él.
— ¡Deku!
Trató de ignorarlo y rodó los ojos, ya sabía lo que haría ese idiota. Pediría perdón, le diría por tercera vez que cambiaría, le creería y por tercera vez lo engañaría.
Ya no era tan tonto como su yo de veinte años.
Sintió una mano en su muñeca y rápidamente la quitó, miró enojado a Bakugo y estuvo apunto de golpearlo pero estaban en un lugar público.
— No me toques.
— Me alegra verte Izuku.
— Que bien, yo ni siquiera quería verte, es más, desearía haberme quedado en América que ver tu estúpido rostro frente a mi, ¿por qué no me haces un favor y desapareces de mi vista? Yo no soy nada de ti y no quiero volver a tener contacto contigo, ¿entendiste o fingirás que lo entendiste? Idiota.
Katsuki se quedó parado observando como Izuku se alejaba de él, Midoriya sonrió y lo volvió a mirar.
— Ne, ¡Kacchan! ¡Dile a Kirishima que me folló muy bien y mejor que tú! ¡¿Me darías su número?! ¡Es mi cumpleaños! ¡Quiero que me folle de nuevo!
✋✋✋
La venganza es dulce.
Fin.