Katsuki estaba cansando de soñar lo mismo, aunque era completamente su culpa. Ver al pelirrojo tomar con tanto amor al pecoso, dejando ver esa hermosa sonrisa blanca que tanto caracterizaba a su ex novio.
Había pasado un año y la maldita pesadilla no se iba, despertaba sudando y con lágrimas, su corazón se sentía vacío como cuando vió la mirada llena de lágrimas de Izuku, el peliverde se había ido a una misión a otro país y en un intento de calmar sus instintos como un maldito animal en celo, invitó a Kaminari a tomar y después tuvieron sexo. Bakugo no sabía que al día siguiente encontraría a Izuku parado en la puerta, viendo como Denki y él estaban desnudos.
“Sabes... Siempre supe que nunca cambiarías... Supongo que fue mi error...”
En un intento por tomar a Izuku, activó su quirk por accidente por lo nervioso que estaba, quemó el antebrazo del peliverde, recibiendo un fuerte puñetazo en su mejilla.
“Te odio...”
Bakugo nuevamente abrió sus ojos, limpió sus mejillas con la sábana que compartía con Deku, abrazó su almohada y algunos sollozos salieron de su boca.
— Lo siento Deku... Lo siento... Por favor... Vuelve...
Izuku había salido adelante, se sentía irreal que fuera sin él, estaba tan acostumbrado a tenerlo a su lado que era muy difícil verle el sentido a vida.
Habían pasado muchas cosas, y Bakugo siempre las arruinaba.
Se levantó de la cama para ir a tomar agua y revisó su celular, algunos mensajes seguían sin leerse y revisó la bandeja.
Mina. Todoroki. Uraraka. Iida. Tsuyu. Sero.
Todos se habían enterado ya que Denki dijo con todo el orgullo del mundo que había follado con Katsuki y había arruinado la relación de él y Deku.
Todo su grupo de amigos ahora los odiaba.
Era correcto, ¿verdad?
. . .
— Deku... Por favor... Hablemos.
Izuku lo miró sin animo, se alejó de él y suspiró, la mirada rojiza llena de arrepentimiento hizo que su corazón se ablandara un poco pero después recordó lo que había sucedido y eso jamás podría sacarlo de su mente.
Ver al amor de tu vida, teniendo sexo con alguien más no era lo más bonito del mundo. Daba asco.
— No tenemos nada de que hablar Bakugo-san... Por favor, déjame en paz.
Midoriya se dió la vuelta y comenzó a caminar, encontrándose en su camino a Kirishima quien había dejado de ser su amigo después de... Otra de sus noches con alguien más.
Miró como Deku sonreía, esa sonrisa blanca que tanto amaba, sus mejillas regordetas con pequeñas estrellas en ellas, sus ojos verdes que ahora veían con adoración al pelirrojo.
Sintió como si estuviera en sus sabanas después de haber despertado de su cruda pesadilla.
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Un último drabble antes de irme a la guerra.
