Se sentó a mi lado y me tomó las manos mientras me observaba, yo elevé la mirada.
- ¿qué te ocurre Zoe?, ¿por qué estás llorando? - mencionó de manera suave.
-estoy harta que me insistan en el tema de George- dije mientras me contenía las lágrimas.
-pero, ¿por qué te molesta tanto? - seguía hablándome suavemente.
-es una historia muy larga- y miré la barra.
-tenemos tiempo cariño, cuéntame, desahógate- eso me ánimo a abrirme finalmente a alguien con respecto a este tema.
-bien, trataré de hacerlo, yo tenía 15 años, un chico estaba detrás de mí, no diré su nombre porque prefiero no recordarlo, él quería que estuviéramos juntos, que yo le diera una oportunidad, me hablaba constantemente y me dejaba pequeñas cartas o dulces en el casillero, era muy tierno y atento o eso me parecía en ese entonces, pero yo quería estar sola; hasta que un día decidí darle la oportunidad de que estuviéramos juntos. Al principio todo fue muy feliz, salíamos a comer, íbamos a fiestas, íbamos al cine, todo bien, pero en una de esas famosas fiestas, me humilló frente a todos, diciendo que nos habíamos acostado cuando eso jamás pasó, quería hacerse el interesante diciéndole a sus amigos que ya lo habíamos hecho, pero nunca fue así, ¡si dormimos un par de veces juntos, pero nada más, lo prometo!, me sacó fotos íntimas mientras yo dormía y me extorsionó por meses que si lo dejaba publicaría las fotos, me sentía tan mal, una vez incluso llegó a golpearme, me dejó el ojo morado y muy hinchado. Le conté todo a mis padres, no me creyeron, dijeron que yo andaba de zorra y me lo merecía, me prometí no volver a caer por un chico así, tengo miedo de que George me haga lo mismo, porque hace 2 años, un chico dulce y amable, me destrozó el corazón y la confianza. Bueno y finalmente, me dejó en paz, pude sacármelo de encima, pero publicó mis fotos, estuvieron meses en la red, pero gracias a una denuncia y que soy menor de edad es que me tomaron en cuenta, porque si no, seguirían mis fotos en internet- finalicé entre lágrimas.
-cariño, me siento muy mal de que hayas pasado por todo eso tú sola- me abrazó para darme consuelo.
-sí, pero ahora estoy bien, no lo he vuelto a ver. La última vez que supe de él, fue cuando me dijeron que se mudó a otra ciudad- pronuncié con resignación.
-sabes que siempre tendrás mi apoyo y puedes confiar en mi para lo que sea- y esbozó una sonrisa.
-muchas gracias señora- y me levanté, fui al baño a lavarme la cara y a ponerme el uniforme, ya que tenía que trabajar.
Salí ya lista y ayudé a la mamá de Itzan a abrir la tienda, comenzaba una nueva jornada laboral, la mañana estuvo bastante movida, pero como es una cafetería, a la hora de comer todo estaba bastante tranquilo, comí un pastel de chocolate y me tomé un cappuccino, después de mi receso comenzaba la jornada de la tarde, fue bastante movida y cuando se acabó ya toda la jornada, me pagó como siempre mi día, fui al departamento de inmediato ya que era algo tarde, apenas me senté en el sillón me entró una llamada a mi móvil.