Día sábado y llegué a trabajar a la cafetería, en la mañana no había mucha gente, pero a medida que pasaba la hora de comer se empezó a llenar y yo estaba de un lado para el otro entregando pedidos y tomando órdenes. En la tarde llegó Paris a la cafetería, dijo que quería hablar conmigo.
-Zoe, yo quería hablar contigo- se notaba algo nerviosa.
- ¿qué ocurre Paris? - dije yo tranquila.
-es que no sé si sea correcto que yo esté con Quetzal- mencionó ella con cara de angustia.
-pero, ¿por qué no?, si ustedes se ven bien juntos- no podía decirle otra cosa, como que vaya y lo deje, tenía que ser lo más correcta posible.
-porque sabes que los chicos me aburren fácilmente, pero con Quetzal es diferente, siento que no quiero hacerle daño- dijo mientras jugaba con sus manos.
-nadie quiere hacerle daño- susurré yo mirando hacia otro lado.
- ¿dijiste algo? - esperen, ¿lo pensé o lo dije en voz alta?
-no, nada, pero Paris, deberías ver que tú lo quieres y él a ti, ¿qué podría salir mal? - aunque me doliera un poco, así era.
-creo que tienes razón, todo irá bien- mencionó con una pequeña sonrisa- en fin, gracias por esa breve conversación Zoe, no te molesto más para que sigas trabajando- se levantó y se fue.
Fue una conversación bastante corta, pero de algo estaba segura, Paris le hará daño a Quetzal, y no quiero ser yo quien recoja los pedazos rotos, porque no me quiero cortar con ellos.
Creo que lo mejor es empezar a concentrarme en otras cosas y dejar de pensar en Quetzal, aunque a veces me es imposible, no sé qué tiene que me atrae tanto, yo pensé que solo era algo pasajero por ser el chico nuevo.
Decidí tomarme un tiempo, le dije a la señora que saldría un momento y ella aceptó, me senté en una banca cercana a la cafetería y me puse a fumar un cigarrillo.
Mientras fumaba, alguien llegó a mi lado.
- ¡hola Zoe! - dijo Quetzal de manera agradable.
-hola Quetzal, ¿qué te trae por aquí? - dije dándole una calada a mi cigarrillo, y pensaba en qué este día no podía ser peor, aconsejando a Paris para que se quede con Quetzal y aparece él.
-solo estaba comprando un par de cosas en el supermercado- y mostró un par de bolsas.
-qué bueno- dije yo, la verdad me sentía algo incómoda.
-y bueno, ¿cómo estás? - preguntó él.
- ¿en serio quieres saber? - dije yo en tono gracioso.
-pues claro, ya te dije que me preocupas Zoe- mi corazón comenzó a latir más rápido.
-antes respóndeme tú esto, ¿por qué te preocupo tanto? - dije observándolo.
-mmm, eres amiga de Paris, todo lo que tenga que ver con ella me preocupa- dijo sonriendo.
-pues estoy bien, sobreviviendo como siempre- apenas dije eso, llegó de la nada Matt, ¿no era que Paris le pediría que se fuera?
-Zoe, ¿podemos hablar? - mencionó él.
-estoy ocupada Matt- dije yo seria.
-solo será un par de minutos- dijo observando a Luke.
-yo me voy, no quiero estorbar, nos vemos luego Zoe- habló y se fue, dejándome con Matt allí.
-bien, ¿de qué quieres hablar? - mencioné de forma ruda y poniéndome de pie.
- ¿te lo estás tirando? - dijo acercándome a mí de manera retadora, yo retrocedí unos pasos, pero él seguía caminando hacia mí.
- ¡eso a ti qué te importa! - hablé en voz alta. Y sucedió. Me golpeó directo en el ojo.