Llegó el día de la cena, es viernes, al fin se viene el fin de semana para descansar, o en mi caso trabajar, hoy solo tenemos clases en la jornada de la mañana y nos podemos ir a casa. Entré al instituto y me dirigí a mi casillero para sacar unos libros de la clase que me corresponde en la primera hora, luego fui al salón y me senté atrás como es de costumbre; a los pocos minutos vi que Quetzal entró, al verme desvió su camino y fue hacia mí.
- ¡hola Zoe!, ¿estás emocionada por esta noche? - habló con emoción.
-pues, la verdad no mucho, me he sentido mal desde ayer- mencioné mintiendo claramente, no quería ir y darme cuenta de que quiero a Quetzal como algo más.
- ¿te has sentido mal de ánimo o es algo físico? - se notaba la preocupación.
-ambos la verdad, he tenido dolores de cabeza- hablé yo.
-quizás es porque fumas mucho, y estos días no te he visto fumar- ¿qué?, ¿él me ha estado viendo estos días?
- ¿te has fijado en cuánto fumo? - y lo miré atentamente. Se puso un poco nervioso, se notaba.
-un poco, es que Paris me dijo que fumabas mucho, y que echas humo como una chimenea- habló de forma rápida.
-pues sí, fumo mucho, quizás es eso- en eso entró la maestra por lo que me hizo una seña con la mano y se fue a su asiento en primera fila.
El día transcurrió normal y al final de la jornada escolar, no vi a ninguno de mis amigos a la salida, así que decidí irme al departamento, en el camino, George vino a mi corriendo y gritando mi nombre.
- ¡Zoe! - dijo llegando a mi lado.
- ¿qué pasa George?, ¿por qué venias corriendo? - dije divertida.
-lo que pasa es que- y tomó una gran bocanada de aire- Quetzal te estuvo buscando en la salida, pero no estabas por ninguna parte- habló recuperando la respiración.
- ¿y para qué me buscaba? - estaba dudosa e intrigada.
-él quería entregarte esto- y me entregó una carta y una cajetilla de cigarrillos, los tomé en mis manos y le dije "gracias", luego se fue diciendo que nos veríamos más tarde.
Llegué rápido a mi departamento y me senté en el sillón para leer la carta, esta decía:
"Zoe,
Espero que con esto te sientas mejor y te deje de doler la cabeza, lo siento si no son de tu agrado, pero no sé de cuáles son los que fumas tú, nos vemos en la noche, y de verdad espero que estés de ese humor que te caracteriza y te hace ver radiante,
Atentamente Quetzal✨"
No podía creer que este chico sea tan atento, sin duda eso había hecho que mi corazón se acelerara y tomé la cajetilla, justamente son los que me gustan, le atinó sin saber, fumé uno enseguida mientras sonreía, es muy encantador de su parte, y estaba sintiendo que mi estómago se retorcía de la emoción y de lo atento que es Quetzal.
Me preparé algo de comer, algo sencillo, unos fideos con salsa de tomates, no tenía mucha hambre la verdad, el cigarrillo me quitaba aquella sensación, así que no comí mucho, además, a la noche comeré más así que no hay problema. Al rato estaba pensando que ponerme, si era una cena no debía ir con jeans y un abrigo, ¿o sí?, no sabía dónde iríamos a cenar, por lo que decidí llamar a Paris y preguntarle.
-Paris hola, quería preguntarte dónde vamos a cenar, ¿es lujoso o es casual? - hablé yo.
- ¡Zoe!, será lujoso, así que nada de jeans ¡eh!, debes usar un vestido- me dijo emocionada.
-está bien, veré que tengo, nos vemos- y ella se despidió para luego cortar la llamada.
Busqué en mi clóset un vestido, tenía unos cuantos, pero ninguno me convencía del todo, hasta que encontré uno que me pareció el más adecuado.