de acuerdo

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-hablemos ahora Zoe- me dijo Quetzal.

-está bien, deja avisarle a la señora- me acerqué a ella y le pregunté si podía conversar un par de minutos a lo que ella accedió.

Me senté frente a él y comenzó la charla.

-¿pensaste lo que te dije?- habló el primero.

-sí, no necesito tu ayuda, puedo hacerlo yo sola- dije observándolo.

-Zoe, por favor, déjame ayudarte, tú te mantienes sola, no quiero que después te falte el dinero para comer- comentó él.

-no, quiero hacerlo por mi misma, sin la ayuda de nadie- me estaba irritando un poco esta conversación.

-Zoe, me preocupo por ti, déjame ayudarte, después me puedes pagar en cuotas si así lo decides, no tengo problema- insistió.

Me levanté de la mesa, me di media vuelta para irme y llegué a la barra, no sabía qué hacer, Quetzal tiene razón, no alcanzaré a juntar el dinero, pero tampoco quiero deberle. Por el rabillo del ojo noté que estaba dejando el local, una vez que salió tomé la decisión, salí en su búsqueda y allí estaba, recargado contra la pared.

-sabía que vendrías- me dijo divertido- y bien, ¿qué decidiste?

-¿cómo sabías que vendría a buscarte?- dije curiosa.

-te conozco Zoe- mencionó obvio.

-pues, de acuerdo Quetzal, pero te pagaré en cuotas- dije decidida.

Sonrió- me parece bien, nos vemos mañana- y se fue.

Entré a la cafetería y seguí con mi trabajo, pensando en todo momento que iría a ese famoso paseo, y que Quetzal estaría allí, se me ha hecho tan difícil olvidarlo, cada vez lo frecuento más y no puedo sacármelo de mi cabeza, pero estoy con George por una razón, y esa es para olvidarlo.

Terminé el turno y me fui a mi departamento, allí me senté a fumar y pensar en todo lo que había pasado este día, realicé un par de tareas y me dediqué a escribir, me sentía bastante relajada y con cansancio, por lo que me fui a dormir temprano.

Desperté en la mañana y me preparé para ir al instituto, puse una cuenta atrás en mi calendario sobre los días que faltan para el paseo, y quedan exactamente dos semanas, así que ya se viene, la próxima semana son los pagos. Me fui caminando sola con mi paraguas bajo la lluvia, ya que George dijo que no iría porque se encontraba enfermo, una vez que llegué, me dirigí a mi casillero y luego a mi salón, como siempre.

Una vez concluida la jornada de la mañana, era la hora de comer, cuando llegué al casino ya estaban en la mesa, se encontraban Itzan; junto con dos chicos, Quincy y Michael, además de una chica llamada Claiza, ellos comparten algunos cursos conmigo, pero jamás hemos hablado más que un par de palabras, también se encuentra Quetzal junto con Paris y observo que Jade está en la fila, me acerqué a ella y la saludé para irme a sentar.

Me preguntaron por George, pero les dije que estaba enfermo, así que estaba en casa, ellos dijeron que les mandara saludos y que se mejorara, seguimos conversando y riendo entre todos. De pronto noté que alguien estaba observándome y cuando levanté la mirada, ese alguien era Quetzal.

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