una tarde menos

4 2 0
                                    

-nada, solo preguntarme algo sobre ti, que te gustaría hacer, solo eso- dije tratando de que no se notara mi nerviosismo por mentir nuevamente en menos de media hora.

- ¡aaaaah!, si es tan romántico- dijo con voz dulce.

Volvimos a comer, y después cada uno a sus respectivas clases. Cuando ya terminaron, me fui a casa sin despedirme de nadie, quería estar sola y sabía que los demás entenderían, fui a caminar un poco al parque, me senté allí a escuchar música nuevamente, mientras escribía mis pensamientos, estaba muy preocupada de que Quetzal haya leído mis escritos, porque nadie jamás en la vida había tocado mi cuaderno, traté de quitar aquellos pensamientos que solo me intranquilizaban y comencé a fumar un cigarrillo junto con música desde mi celular, en esta ocasión "esta noche" de cidtronyck.

Apenas empezó a oscurecer decidí irme al departamento, o, mejor dicho, residencia estudiantil, anduve un par de cuadras hasta que llegué y subí a mi espacio, me senté en la mesa para repasar un poco, pero seguía pensando en mi cuaderno, cuando ya me sentía cansada me fui a dormir, pues mañana tendría instituto, al fin viernes, y en la tarde mi sufrimiento, aquella dichosa cita.

Me levanté sin ánimos de nada, fui como normalmente lo hago al instituto, pero en el camino me encontré con Jade y Itzan, nos fuimos juntos entre risas hasta que llegamos y cada quién siguió su camino. El día no tuvo nada de emocionante, solo conversaciones triviales acerca de las clases, en general, lo normal de una vida escolar. Ya era la hora de irnos y en la salida vi a Quetzal, caminé decidida hacia él para preguntarle si había visto mi cuaderno.

- ¡hey Quetzal! - nombré.

-hola Zoe, ¿estás lista para nuestra cita de hoy?, digo, la cita doble, perdón- pronunció con cierto nerviosismo que era bastante notorio.

-la verdad, solo voy por Paris, no tengo ningún interés amoroso por George y él lo sabe- dije aclarando todo.

-está bien, tranquila. ¿a qué venías? - me observaba de manera que me hacía incomodar un poco.

-yo querí-a, quería saber si leíste mi cuaderno- sentencié al principio algo dudosa, pero al final de manera firme.

-no Zoe, solo vi tu nombre en la portada y pensé que sería tuyo, estaba junto a una colilla de cigarro-

-pues gracias, y adiós- me di media vuelta y me marché lo más rápido que pude.

Mientras iba al departamento, recibí una llamada de Paris, era bastante obvio el por qué no fue al instituto, y es porque la cita es más importante para ella, decidí contestar, porque si no, se volvería loca llamándome.

- ¿qué pasa Paris? - dije deteniendo mi paso.

- ¿dónde estás? - mencionó.

-voy camino al departamento- dije obvia.

- ¡nooo!, no vayas, ven a ayudarme a elegir la ropa, ¡por favor Zoe! - pronunció en tono de súplica.

-está bien, pero me darás comida- dije colgando la llamada.

Desvié mi caminar hasta la casa de Paris, la cual queda algo lejos a pie, porque ella vive en la zona dorada, y sí, yo la simple Zoe becada es amiga de una chica que no es millonaria, pero va en camino a serlo. Llegué al lujoso barrio y mientras iba, observaba todas las casas a mi alrededor, eran muy lindas y lujosas todas.

Toqué la puerta y me abrió una chica que trabaja en la casa, me dejó pasar y fui directo a la habitación de Paris, cuando entré estaba toda la ropa revuelta en la cama y el suelo.

- ¿qué es todo este desorden mujer?, ya llegué- dije riéndome.

-es que no sé qué ponerme- apenada me miraba.

-tranquila, mira, este vestido está hermoso- dije tranquilizándola, Paris se toma muy a pecho las citas y siempre quiere verse perfecta.

- ¿tú crees? - se sentía un rayo de esperanza para ella.

-claro, ve a probártelo-dije animándola.

Ella fue y volvió, se veía realmente bien, me dijo que bajáramos a comer algo y luego ordenáramos un poco toda su ropa, accedí porque me estaba muriendo de hambre, o sea, no literal, pero sí de forma retórica. Salimos de la habitación cuando dijo que tenía algo para mí, me hizo probármelo y la verdad, aunque no era mi estilo, sentía que me veía bastante bien. Y ya por fin luego de eso, bajamos a comer.

somebody elseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora