Era Paris, dijo si podíamos irnos juntas al instituto para conversar un poco de todo lo que ha pasado este último tiempo, al principio estaba algo dudosa, podría volver a insultarme y con todo lo que estoy viviendo no quiero escuchar nada así, pero finalmente acepté, pues a pesar de todo es mi amiga y eso no se acaba de la noche a la mañana, o eso espero. Busqué las últimas cosas que necesitaba y salimos del edificio para emprender camino.
-Zoe, yo querí-a hablar contigo por todo lo que ha pasado, sé que lo has estado pasando mal y es mi culpa- se notaba el arrepentimiento y nerviosismo en su hablar.
-pues sí, lo que he pasado mal pero no ha sido todo por tu culpa Paris, también se me presentaron unas dificultades esta semana- dije algo despreocupada. El resto de camino fuimos en silencio, pero no era tan incómodo.
De la nada, Paris se detuvo en la mitad del camino que nos quedaba para llegar, y volvió a hablar.
-Zoe, perdóname por favor- habló en tono de súplica.
- ¿perdonarte?, ¿por todo lo que me dijiste? - me encontraba ya algo dudosa, Paris estaba actuando algo extraño.
-perdóname por todo por favor, necesito que lo hagas- siguió.
- ¿pero por qué?, si es por lo de la cafetería, no hay nada que perdonar Paris, yo prometo no volver a acercarme a Quetzal- dije tranquila.
-no es eso, es que yo-yo, yo fui la que contactó a Matt para que viniera- pronunció lo último de manera rápida, pero lo comprendí a la perfección.
- ¡¿qué?!, ¡¿cómo pudiste hacerme algo así Paris?!- me encontraba totalmente enojada y decepcionada.
-lo siento mucho Zoe, es que, es que, yo estaba enojada contigo y quería que te sacaras de la cabeza a Quetzal- hablo cabizbaja.
- ¡jamás lo tuve en la cabeza Paris! Y no sé cómo, pero ese problema quiero que me soluciones ¡ya! - y me fui de lo más rápido que pude, mientras escuchaba que me llamaba, pero la ignoré por completo.
Una vez que llegué al instituto me dirigí a mi casillero para tomar los libros que me corresponden, pero por torpeza mía uno se cayó y no pude evitar que unas lágrimas resbalaran por mis mejillas, sentía muy mal que Paris me haya hecho algo así, sabe que ese es un tema muy delicado para mí y que no quería volver a ver a Matt, y todo por el inútil de Quetzal, es increíble todo esto.
Fui al baño y me lavé cara para ir al salón que tenía clase ahora, llegué y para mi mala suerte la puerta estaba cerrada, por ende, ya no podría entrar, así que di media vuelta y decidí ir a las galerías de la cancha de futbol para fumar un cigarrillo y relajarme un poco de todo lo que ha pasado, entre tanto pensar y pensar, supe que lo mejor sería escribir algo para desahogarme.
"¿qué hacer con una traición?
Podría salir y enfrentarlo, pero me atemoriza de lo que es capaz; ignorar todo y seguir con mi vida, pero es algo que mi mente no me permite; huir, pero, ¿a dónde?; conversar las cosas, solo me hiere más, porque mientras me entero de más cosas, más salgo lastimada..."
¿cuándo estará libre la pista para mí?, ¿cuándo podré estar feliz conmigo misma?, ¿cuándo estaré sin ningún problema que me aqueje?
Solo me queda abrir los ojos y observar cómo todo se va de mi alcance y la mayoría de mi ser se destruye.
Mejor por ahora escribo para tratar de calmar mi alma y liberarla un poco, solo espero que la luz de la mañana me brinde apoyo.
Los lagos de cielo ya no me ayudan a sentirme mejor, pero la brisa invernal de color miel me sirve para saber que aún hay razones para estar de pie.
Perdí mi centro, pero tengo que regresar adentro para buscarme y encontrarme, hacerme volver a lo que era..."
Sentí que alguien se acercaba así que cerré de golpe mi libreta y apagué mi cigarrillo.