The Best Leader (Bang Chan)

Capítulo 93.

—¿Estuve inconsciente 6 meses? —pregunte sorprendida.

—Incluso hicimos un comeback... —los chicos señalaron su cabello.

—Entonces... Hace meses deje de ser parte de Stray Kids...

—Si pero a la vez no... —Seungmin habló —Aun no firmas tu renuncia.

—Tienes razón —me acomodé en la cama y un dolor me hizo retorcerme.

—¡Hey! ¡Con cuidado! —Chan corrió hacia mi y me ayudó a acomodarme.

—¿Es normal que después de 6 meses le siga doliendo tanto? —Jisung se veía preocupado.

—La bala la atravesó por completo creo que es bastante normal... —Jeongin parecía bastante seguro.

—Mi herida no deja de abrirse— les corregí.

—¿Que?

—No se que pasa pero los puntos no dejan de abrirse...

—¿Y aún así te darán el alta en una semana? —Jeongin pregunto, Chan se sentó en la cama y me acomodé en su pecho.

—Fue mi decisión, además los puntos no se han abierto últimamente y estoy harta de este lugar...

—Chan... —todos lo miraron buscando algún regañó de su parte hacia mí.

—Es su decisión... Ella ya está demasiado grande para saber las contras de esto —Chan entrelazó sus dedos con los míos.

(...)

Hoy dejaría de ser parte de Stray Kids oficialmente, Chan me ayudó a bajar de la camioneta, al parecer el CEO tenía prisa por deshacerse de mí.

—Maldito imbécil como se le ocurre llamarte saliendo del hospital.

—Chan tranquilo...

—Ojala pudiera golpearlo solo una vez... —Felix llegó a nuestro lado.

—Creo que todos queremos eso —Changbin habló está vez.

Entramos al edificio e inmediatamente subimos al ascensor, la herida dolía un poco pero nada que no pudiera resistir. Llegamos a la sala de juntas y el CEO nos esperaba con una sonrisa.

—¡Chicos! No era necesario que viniera todos —Chan me ayudó a sentarme y tomo asiento a mi lado.

—Creo que lo era, después de todo nuestro contrato terminó ayer oficialmente...—Chan sonreía de una manera extraña, no parecía estar feliz.

—¡Ya veo! ¡Vinieron a renovarlo! Que astutos chicos ¡iré por ellos! —el CEO se fue casi que corriendo.

—¿Tan pronto renovará? —les pregunté a los chicos.

—No haremos eso —Minho me sonrió.

—¿Cómo que no lo harán?

—Estamos cansados, trabajaremos por fuera, queremos tomar caminos distintos —Hyunjin sonrió.

El CEO llegó con su secretaria con un montón de papeles. Su secretaria nos entregó un puñado a cada uno.
—Bien, léanlo con detenimiento y...

—No queremos renovar... —Chan habló.

—¿Que? Creo que escuche mal... —el CEO poco a poco dejo de sonreír.

—Queremos terminar cualquier lazo con esta empresa —Chan habló como si le estuviera explicando algo a un niño pequeño.

—Pero... ¿Porque? —yo comencé a leer para firmar mi renuncia.
Escuché un silencio demasiado incómodo y levanté la vista, me encontré con la de el CEO, me miraba con mucho odio.
—¿Es tu culpa? En serio eres egoísta...

—Deje de culparla de todo, es una empresa de mierda, con un trato de mierda, no trabajaremos ni un segundo más aquí... Firmaremos nuestra renuncia oficial y nos largaremos— Chan ni siquiera grito y eso lo hizo más aterrador.

—Traeles la renuncia —El CEO quería asesinar a Chan con la mirada.

Yo terminé de leer y firme, ellos se seguirían ocupando de mis gastos médicos hasta que estuviera completamente sana.
Todos firmaron, los chicos se levantaron y Chan me ayudó.

—No vengan rogando porque los acepte de nuevo... —el CEO hablo arrogante.

—Tranquilo no pasará ¡Adiós! —Minho le hizo burla y salimos de ahí.

(...)

—Bien, quédate aquí y no te muevas al menos que realmente lo necesites —Chan me había dejado en mi cama. Hace unos días compré un departamento, ya que mi renuncia estaba más que confirmada.

Chan se acostó de costado con un una mano en su cabeza, puso su otra mano sobre mi herida para después mirar esa zona fijamente. Su mano extrañamente siempre me hacía ver más pequeña.

—Ven a vivir conmigo...—el sonrió y me miró.

—¿Quieres que viva contigo? —levanto una ceja aún sonriendo.

—Te necesito aquí conmigo, no creo soportar mucho tiempo sola... Ven a vivir conmigo —repeti eso último.

—A decir verdad no tenías que repetirlo, sin duda viviría contigo el resto de mis días —se acercó y comenzó a besarme —Aun que... —Rompio el beso —De todas formas tengo que buscar un departamento para mí...

—¿Porque?

—Quiza algún día te enfades conmigo y me corras de tu departamento —entrelazo sus dedos con los míos.

—Eso nunca va a pasar y si algún día pasa puedes irte con alguno de los chicos —conteste burlona.

—Claro seria genial irme a vivir con Minho y su prometida... —Su prometida...

—Sigo sin poder creer que minho hiciera algo así, hasta hace unos años seguí pensando que era homosexual —Chan comenzó a reír.

—Creo que hasta el lo llegó a pensar.

—Sera triste no ver a los chicos diariamente, realmente los voy a extrañar —recordar todas las veces que la pasamos genial juntos me hacía querer llorar.

—Para mi también es triste, pero cada quien tiene que hacer su vida, cada quien tiene que buscar su felicidad...

Chan tenía razón, desde hace mucho tiempo no éramos felices en esa empresa.

—¿Cuál es tu felicidad? —el me miró desconcertado y después sonrió.

—Tu lo eres... No hay nada más que me haga feliz aparte de la música claro —amaba verlo sonreír, cuando el sonreía era como si automáticamente me recargara de energía aún que también me hacía querer llorar, por qué por dos ocasiones casi nunca vuelvo a verla. El sin duda también era mi felicidad.

(...)

—Bien, tu herida a cicatrizado bastante bien, solo intenta no hacer movimientos fuertes en unos meses más —habian pasado 6 meses más y probablemente está sería la última vez que vendría con el medio.

—¿Cuando podré volver a bailar?

—Espera al menos 3 meses más —asenti y el médico me dió un par de recomendaciones más y salí del consultorio.

—¿Cómo te fue? —Chan me tomó de la mano y caminamos a la salida.

—Puedo empezar a bailar de nuevo en 3 meses —dije feliz. Caminamos rápidamente a su auto ya que desde que terminamos nuestro contrato con la empresa los medios estaban desesperados por saber porque nos fuimos y nos seguían a todos lados —Chan...

—¿Que pasa?

—Quiero ir a verlo...

—¿Que? ¿A quién?

—Al imbécil que me disparó.