Capítulo 57.

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—Bien la señora Marisha dejo todo a una sola persona...— el notario estaba leyendo el testamento de mi abuela.

—¿Cómo que a una persona?— mi tía mayor Viktoria, la persona que más me odiaba solo por ser hija de mis padres.

—Comenzare a leer... "Yo Marisha Petrova dejo todas mis posesiones a Katerina Voltok, mi nieta, todo lo que tengo aquí fue gracia a sus padres por derecho le pertenece a ella, las propiedades en Rusia y lo que hay en su interior también le pertenecen a ella, espero y mis hijos puedan entender que deseando las cosas de los demás y odiandolas por lograr lo que quieren no los llevará a dónde quieren llegar"

Mi abuela me había dejado todo a mí.
—¡Maldita!— mi tía me tomó del cabello y comenzó a estirarlo.

—¡SEÑORA!— el notario intento alejarla de mi al igual que Agata, mis demás tíos solo me observaban con odio.
Agata me abrazo protegiéndome.

—¿¡COMO ES QUE TE DEJO TODO A TÍ!? ¡LE ROBASTE!

—¡NO LE ROBE NADA! ¡ESE DINERO POR DERECHO ERA MÍO! ¡DEJA DE DECIR ESTUPIDECES!— ya no soporte más y exploté— ¡¿PORQUE QUERIAS TANTO EL DINERO DE MIS PADRES?! ¡¿ERES TAN MEDIOCRE QUE NO PUEDES CONSEGUIRLO POR TU JODIDA CUENTA?!— definitivamente había explotado.

Mi tía me miraba con los ojos muy abiertos, no esperaba que me defendiera, después dejo salir una risa sarcástica.

—¿Ahora que eres famosa te crees con el derecho de gritarme?

—Ojala fuera por eso...

—Dejen de pelear, por favor, salgan todos, la señorita tiene que firmar unos papeles...— todos salieron.

—Aun soy menor de edad...

—¿Que edad tienes?

—17

—Esta bien, no hay ningún problema, solo tendrás que volver a firmar cuando cumplas 18 años— Asenti.

Mi cráneo dolía, firme todo y salí de ahí, mañana tendría que volver a Corea, iba a contarle todo a Chan, me sentía nerviosa pero tenía que hacerlo.

—¡Hey!— estaba de pie fuera de la notaría, Agata estaba frente a mí con su auto y un chico que parecía más o menos de mi edad, el cual me veía con cara de embobado— Sube, demos una vuelta antes de que te vayas— ella sonrió.

—Esta bien— sonreí y subí en los asientos traseros.

—El es mi hijo mayor.

—¡Hola!— le extendí la mano y el tomó.

—¿Porque estás tan serio? En casa no parabas de hablar de ella.

—No me dijiste que era de la familia...— se veía irritado.

—¿Que edad tienes?

—Cumpli 15 en enero...— me miró por el retrovisor.

—Entiendo— sinceramente no sabía que más decirle así que solo me quedé callada observando las calles de aquella ciudad.

—¿Tienes hambre?— Agata me preguntó.

—Estoy en Dieta.

—¿Que puedes comer?— no iba a dejar que se preocupara por mí.

—Comamos lo que ustedes quieran, creo que puedo romperla por esta vez— le sonreí a través del retrovisor.

—¿Estás segura?

—Si— le sonreí y eligieron comer pizza.

(...)

Otra vez estaba en el w.c. de un centro comercial, vomitando todo lo que había comido y está vez ni siquiera tuve que provocarlo, simplemente me dieron náuseas al comer.

Cuando supe que fue suficiente me levanté y salí de el cubículo, Agata me veía preocupada.
—¿Estás bien?

—Creo que ahora s—- enjuague mi boca y me mire al espejo, mis ojos de veían rojo y con muchas ojeras.
Ella me seguía mirando con mucha preocupación.
—¿Puedes acompañarme a arreglar algo de mis padres?

—Claro ¿Que es?

—Vi que no estuvieron pagando el mantenimiento de sus tumbas así que quiero ver qué puedo hacer con eso...

(...)

—Mucha suerte— Agata me abrazo, estábamos en el aeropuerto ya que mi vuelo ya había sido voceado.

—Estoy muy nerviosa y aún falta más de 14 horas para llegar...

—Tranquila, iremos a verte cuando nos sea posible— el hijo de Agata se emocionó al escuchar eso, me despedí de el y comencé a hacer fila para abordar el avión.

(...)

—¿Dónde estás?— ya había aterrizado mi avión y ya había recogido mi equipaje, fueron al rededor de 16 horas las cuales máximo 12 las aproveche para dormir.

—Estoy casi llegando a la salida del aeropuerto...

A lo lejos ví a mi manager con un cartel de bienvenida en su mano izquierda y con su otra mano sostenía el teléfono.

—Ya te vi— el comenzó a buscarme con la mirada y al verme sonrió, corrió a mí y me ayudó con mi equipaje.
Vi algunas chicas y chicos tomándome fotos, el manager intento taparme el rostro hasta que subí a la camioneta.

—¿Cómo estuvo el vuelo?— el manager me preguntó empezando a manejar.
Estaba anocheciendo y el cielo tenía un muy bonito color naranja.

—Bien, supongo, aproveche para dormir lo más que pude pero me duele un poco el cuello.

—Es normal, esos asientos no están hechos para dormir definitivamente— el soltó una risita.

—Tienes razón— también reí un poco.

—¿Que tal tu familia? ¿Cómo te sientes?

—Bien, supongo que bien— le sonreí.

—Me alegro, te dejare en casa ya que está anocheciendo, los chicos volverán en un rato.

Mi estómago se revolvió al pensar en los chicos... Felix... Chan.
No pude responder nada, sentía que si abría la boca para hablar el vómito saldría.

Desde de casi una hora llegamos a la residencia, en Seoul había demasiado tráfico y creo que eso era lo que más odiaba.
Baje corriendo de la camioneta, puse el código y corrí al baño para vomitar.

Después de un rato escuché unas fuertes pisadas luego la voz del manager preguntando si estaba bien, solo le dije que si, le dije que fue por el largo viaje y me creyó, no podía decirle que me sentía tan nerviosa que sentía que en cualquier momento me desmayaría.

El manager se fue después de preguntarme un millón de veces si me encontraba bien.
Sentí el estómago vacío y mi estómago hizo ruido, busca una manzana en la cocina y esa fue mi cena junto a mi batido de proteínas.

Escuché como ponían el código de le puertas y mis nervios aumentaron, aumentaron tanto que mis piernas temblaron al caminar así que me senté en el sofá para recibir a los chicos.

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¡Hola! Muchas gracias por los 100k, en serio quiero agradecerles por todo el apoyo, realmente estoy disfrutando escribirla gracias a ustedes, espero puedan seguir apoyándola hasta que llegue al final 💜

The Best Leader (Bang Chan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora