Capítulo 48.

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Hoy era navidad, mi cumpleaños, me levanté y Chan aún seguía durmiendo, fui al baño ha hacer mis necesidades para después ducharme, cuando termine Chan ya estaba despierto viendo algunas cosas en su móvil.

—Me voy— Chan se levantó.

—Puedes quedarte si quieres— sonreí y me recargue en la puerta.

—Eeeemmmh no gracias— me tomó de lo hombros me sentó en mi cama y salió de la habitación con una sonrisa.

Comencé a vestirme con algo abrigadora ya que tenía demasiados frío por alguna razón está habitación era la más fría de la casa, cuando termine salí de la habitación ni Felix ni Chan estaban.

Estar encerrada aquí tampoco era muy divertido, así que solo me deje caer en el sofá.

—Ya no me gusta esto...— la dieta que me habían dado era aún más estricta que la anterior, en esta era prácticamente obligatorio hacer ejercicio, en su mayoría era el de hacer ejercicios con las piernas y hacer eso antes de los ensayos me dejaba destrozada.
Siento que mi salud no es la mejor, a veces me olvidó de tomar mis vitaminas, en esta época me dieron permiso de romperla pero tengo que hacer ejercicio para bajar si subo.

Ya estaba vestida así que tome algo de dinero, mi móvil y un cubrebocas para tapar un poco mi rostro.
Salí de la casa, estiré mi cuerpo y cerré los ojos disfrutando de el viento frío. Pedí un taxi y cuando llegó le pedí que me llevará hasta el centro de Seúl.

Cuando llegué ví a muchas personas pasear se me hacía un poco extraño, comencé a caminar por esa calle tan transitada, en una esquina pude ver una cafetería, no había comido nada y tenía algo de hambre, compré un café y una rebanada de pastel, hoy era mi cumpleaños y era mi manera de festejarlo.

Me puse los auriculares y comencé a ver algunos vídeos en YouTube mientras comía mi desayuno. Después de un rato pude ver a un chico junto a una chica tomándome fotos, era algo incómodo pero no podía hacer nada. Termine mi café y la rebanada de pastel, me levanté para irme.

—¡Bolt!— escuché la voz de un chico, me giré y era el chico que estuvo tomándome fotos— Supimos que hoy era tu cumpleaños así que te compramos esto— me extendió una bolsa— no sabía si tomarla o no pero lo hice.

—Muchas gracias... No debieron hacerlo, no necesitan gastar dinero en esto— dije apenada.

—¡Para nada! ¡Es un placer gastar dinero en ti!— agradecí una vez más y salí rápidamente de el lugar.

Seguí caminando un poco y a lo lejos pude divisar una librería, entre y comencé a ver las secciones, desde hace bastante tiempo quiero comprar un libro sobre mitología griega, encontré la sección, el leer en coreano me ayudaría mucho más a mejorar aún más, si bien llevo casi dos años aquí mi coreano aún no están bueno como me gustaría.

Lo compre y salí de la librería, Chan me mandó un mensaje preguntando en donde estaba, le dije dónde y me dijo que volviera a casa. No tenía nada más planeado así que tome un taxi de vuelta, al llegar los chicos estaban esperando con un pastel con velas, comenzaron a cantar felíz cumpleaños en inglés y unas ganas increíbles de llorar comenzaron hacerse presentes.

Me acerque a él pastel y mientras más me acercaba más lágrimas salían de mis ojos.

—¿¡Porque lloras!?— Chan se acercó a abrazarme.
Por el llanto no pude responderle.
—Pide un deseo y apaga la velas— me sonrió cariñosamente.

Se apartó y yo aún llorando pensé en lo que quería pedir, cuando supe que apague las velas, seguí llorando durante un rato más, Chan y Felix solo sonreían, Chan me abrazaba y Felix tomaba mi mano.

—Perdón por llorar...— dije cuando pude parar— Mi anterior cumpleaños fue muy triste y el que hicieran esto realmente me hizo muy feliz, muchas gracias... Ojalá los demás estuvieran aquí— sonreí con nostalgia.

—¿No te mandaron mensajes?

-Es Navidad... Las personas suelen olvidar mi cumpleaños por la fecha...— mi móvil comenzó a vibrar, era María.

—¿Sí?— conteste la llamada, María comenzó a cantarme feliz cumpleaños en español lo cual me pareció algo muy lindo, tenía mucho tiempo sin hablar en español.

—Canto horrible pero lo hago con mucho cariño— comenzó a reír.

—Muchas gracias por acordarte...— hablé en español igual que ella, los chicos me miraban confundidos lo cual me causo algo de gracias.

—¿Porque te ries?

—Chan y Felix me ven extraño.

—Es entendible, te preguntaría si quieres salir pero creo que estás muy bien acompañada... Te hablo después estoy algo ocupada.

—Esta bien— colgué la llamada.

—Eso es español ¿Cierto?— Chan pregunto y asenti— lo hablas muy bien.

—Vivi casi toda mi vida en México— sonreí.

—Vamos a partir el pastel— Felix se levantó de el suelo para traer un cuchillo, aún que llevará mucho tiempo aquí aún me parecía un poco Extraño sentarme en el piso a comer en una mesa muy bajita.

—Kat...— escuché que Chan me llamaba, me giré para verlo y cuando lo hice me tomó de la nuca para besarme profundamente, puse mi mano sobre la suya que estaba en mi nuca y cerré los ojos disfrutando de aquel beso.

—¡Yah!— Felix volvió y nos separamos de golpe, las orejas de Chan estaban demasiado rojas y el inmediatamente se tapó el rostro lo cual me causo mucha gracia.

—¿¡NO PUDISTE TARDARTE MAS!?— Chan grito muy avergonzado, Felix solo reía.
Miré a Felix el solo sonreía mientras levantaba sus cejas repetidas veces, no me dió vergüenza, solo me preguntaba si el estaba bien.

Después de esa escena partí el pastel en rebanadas y comenzamos a comerlo, Felix soltaba un par de bromas hacía Chan por haberse avergonzado.
Felix me regaló un collar con un pequeño dije de sirena, era demasiado lindo.

—Muchas gracias, no creo merecerlo pero lo aceptaré por qué me gustó— lo abracé.

—¡Yah! ¿¡Seguro que no quieres conquistarla!?— Chan bromeó, Felix solo comenzó a reír— Mi regalo no están genial como el de Felix pero...— me extendió un libro— Te gustan las sirenas y eso no es ningún secreto, encontré este libro en la biblioteca y pensé en tí...— lo tomé y lo miré fijamente, lo estuve buscando pero nunca lo encontré— Si no te gusta puedo comprarte otra cosa...— bajo la mirada y lo abracé.

—Muchas gracias, busque este libro por todas partes— el me regreso el abrazo.

—Bien yo iré a dormir, hagan lo que quieran— Felix soltó una risita y entro a su habitación.

—¿Hacer que?— Chan miró la puerta fijamente.

—Hummm... ¿Bebés?— comencé a reír por la cara que hizo.

—¡¿COMO PUEDES DECIR ESAS COSAS TAN A LA LIGERA?!

The Best Leader (Bang Chan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora