★ La noche estrellada de dos espejos ★

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07 de febrero, 2021.

Hay finales buenos y malos.

Este es la combinación de los dos. Algo difícil de dar. Sientes que no hay un límite de inspiración. Es de esos que quieres seguir y seguir sin tener intención de detenerte. Es decir, un final inseguro ya que sientes que no te has expresado lo suficiente. Trato de no entrar en pánico, me digo que hay un siguiente día y que nuestro final fuera de esta historia no ha llegado. Por lo que anoto nuevas ideas y después realizo una vez más otro escrito, teniendo en cuenta que te tengo y, por ahora, puedo enviarte todas las despedidas que quiera; este no es un final, sino una continuación. De esa manera he controlado mis emociones.

Esto se vuelve parte de uno de los tantos retos que he enfrentado desde que te conocí.

Así que aquí va:

Todo inició por los meses de nuestros principales cambios. Aquellos tiempos que de desearnos lo mejor antes de culminar el día de una manera simple, evolucionamos a expresar nuestros sentimientos y a relatar nuestros pensamientos de esos instantes que fuimos compartiendo mutuamente. Este es el principio del mapa conceptual, lo que me llevó al siguiente pensamiento.

Unos meses después de habernos conocido mencionamos que sería increíble que escribiésemos nuestra historia. Fue una idea más mía que tuya. Recuerdo que llegamos a un acuerdo y nunca terminamos creándola, nuestro tiempo no era lo suficiente. Entonces no le dimos muchas vueltas y formó parte de nuestros inventos.

Tras aquello, más adelante, las nuevas experiencias se abrieron paso y, junto a ellas, nuestro vínculo quien se fue reforzando a medida que todo iba tomando forma. El tema volvió a tocarse y te prometí que en algún momento yo lo crearía. Tú te pusiste feliz y me contagiaste, es por eso que a principios de noviembre del año 2020 me impulsé a ello.

No hice una novela ficticia como planificamos. Mis pensamientos se iluminaron como impulso para no desaprovechar la inspiración que has llegado a generarme en el proceso: las despedidas. No era mi intención utilizarlas algún día, siempre te escribí con el plan de expresar mis instantes junto a ti, nada más. Pero significan tanto para mí que pensé que sería memorable marcarnos con la huella de nuestro desarrollo hasta el día de hoy. Hablamos de un libro, ¿qué libro no deja una huella en el mundo? Incluso el menos reconocido.

Por ese motivo, el mismo noviembre me vi creando cada detalle. Editando despedidas, tachando algunas por lo privadas que eran, prefiriendo dejarlas parte de nuestra estrella llena de recuerdos. Creé nuevas y, hasta el día de hoy, no he dejado de planificarlo. Dejé mi libro en proceso por obsequiártelo para tu cumpleaños, fueron días llenos de muchas emociones. Le dediqué todo mi tiempo, tanto así, que cuando me despedía de ti porque iba a dormirme, llegaban nuevas ideas y me era imposible no anotarlas, inclusive, hacer cubiertas.

Desde un principio solo tenía pensado subirlo a una plataforma. No obstante, al tener claro que no enviaría mi primer libro a la editorial de España debido a que requería de mucho tiempo, recordé tus ánimos para realizar el manuscrito, entonces eso me llevó a hacerlo; pero el de nuestro proyecto. Ya tenía pensado hacerte un PDF porque quería que lo tuvieses contigo para leerlo cuando lo necesitaras y nunca llegues a olvidar ese amor que te brindé en cada fecha de mi calendario. Hacer el manuscrito fue un ultimátum para dos sueños: tener la oportunidad de enviar un manuscrito a un editorial, y tú; mi estrella titilante que me iluminó en los momentos más oscuros.

Volviste a hacerlo, otra de mis primeras veces junto a ti: mi primera historia de relatos.

Hace un par de semanas en una de nuestras videollamadas llegué a comentarte más o menos de qué iba mi nuevo proyecto. Al decirte que lo tenía planeado desde hace unos meses atrás la indignación se adueñó de tu expresión. Lo que tú no sabías es que se trataba sobre ti y fuiste parte de cada proceso. Que nunca te haya dicho «estoy escribiendo un nuevo libro» no quieres decir que no estabas al tanto. De hecho, siempre fue un misterio que no terminaste descubriendo. Solía dejarte palabras que dejaban mucho que pensar. Y tú nunca le encontraste sentido. Hubo momentos donde por tanto suspenso tú te desesperabas y decías que tal vez tenía que ver contigo, entonces, yo entraba en mi papel indiferente y te decía que sería una opción para el futuro. Me dolía darte esa respuesta, sentía que de alguna manera te desilusionabas, pero de una manera u otra tenía que hacerte creer que no tenías nada que ver con ello.

Recuerdo que llegué a darte las siguientes palabras claves: el libro se trata de pensamientos y sentimientos. Te di detalles falsos de la protagonista. Te di las iniciales del título y entre ellas solo acertaste con «la noche». ¿Lo más gracioso? Al final de la despedida «Viaje del tiempo» llegué a escribirte algo similar al título. Y de todas las cubiertas que hice, te envié el principio de una donde se notaba el cielo: solo te enfocaste en el color azul y los reflejos porque es mi color favorito, básicamente, no te imaginaste que era un cielo. Qué alma tan ingenua eres, cielo.

Te dejé muchas pistas, de esa forma te hice parte de ello. En más de una ocasión llegué a sentirme ansiosa de comentarte respecto a todo. Y lo único que descubriste fue parte del título. Woa, fracasaste como espía, me siento más que orgullosa de tu profesión criminalista, «que se note el sarcasmo». Precisamente por eso te expresaba mi emoción, incluso el estrés por lo tedioso que fue crear un PDF.

Días de levantarme temprano.
Días de mucha edición.
Días de muchas emociones.
Madrugadas llenas de ideas.
Días donde te mantuve presente sin tú hacerte una idea de que a eso que le dediqué tanto tiempo llevaba tu nombre.

Mi primera vez creando un manuscrito.
Mi primera vez creando un libro de relatos.
Mi primera vez dándole un cierre a una historia.
Mi primera vez de tanta inspiración.

Los anteriores relatos son una parte de la estrella que contiene nuestros recuerdos, una historia llena de palabras claves que solo tú y yo entenderemos al leerla.

Nuestro libro.
Nuestro para siempre.
De esta manera te tatúo permanentemente en mi vida. Y te agradezco eternamente. Cada palabra en este libro, lo que no escribí pero está en nuestros recuerdos: es mi manera de decirte para siempre.

Esto fue y siempre será: la noche estrellada de dos espejos.

Por siempre; Alena.

Mirror: Tengo muchas ganas de abrazarte, pero estás muy lejos.

Yo: Cada día escribiré todos nuestros abrazos posibles, hasta que un día cualquiera, corramos con la suerte de dárnoslos. Nunca lo olvides: «Si no hay un final perfecto para regalártelo lo voy a escribir solo para ti, tendré que inventármelo».

La Noche Estrellada de Dos Espejos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora