Capítulo V: Una Vieja Amiga.
GALIA.
—¿Quiénes sois? —pregunta el otro hombre nada más despertar.
Y no es brusco, solo...desorientado.
—Son...sirenas — el capitán nos mira ha todas con desprecio.
Aunque algo cambia cada vez que su mirada llega a mi.
Ambos tienen un acento raro. Marcan mucho la r al hablar.
—¿Porqué una sirenas querrían salvar ha unos piratas? —pregunta ha alerta.
Para responder a aquello, mis compañeras y Denis me señalan a mi. Yo les doy una mirada asesina antes de volver a dirigir mi vista al pirata.
—Soy Galia, por cierto —me presento para ambos.
Aunque ha el capitán parece interesarle más de lo que jamás admitirá.
—Soy hija de la reina de Acuarium, el reino en el que os encontráis —sigo—. Pero... yo no soy como ella, por ello os he salvado con la ayuda de...los patánes que tengo atrás —los señaló con el pulgar en mi espalda.
Él sigue mirándome alerta, pero algo en mi voz o en mis ojos debe mostrar que no estoy mintiendo, que quería salvarles en realidad.
—¿Y porque estamos aquí? —espeta Zigor.
—Porque ella así lo quiso, así que relájate si no quieres que lo haga yo. —le devuelve brusco Denis.
Él le mira, desde su posición se sabe que si Denis fuera humano, el sería como un enanito al lado del capitán. Mis cálculos sobre humanos me dirían que mide unos uno noventa.
—¿Y tu quien eres? —espeta hacia el, casi escupiendo.
Me coloco frente a Denis, mi mirada fija en los ojos azules de Zigor.
—Te relajas. —le apunto con mi dedo en su pecho—. O te relajo yo a bofetadas, tu eliges. —espeto.
No me hace falta mirar a Denis para ver qué ha sonreído y sacado su lengua como un niño.
—Denis, para. —ordeno.
Noto como el se coloca formal al instante, de nuevo. Su mirada indescifrable. Le miro por encima de mi hombro.
—Bien —digo—. Abuela, ¿puedes preparar bebida para relajar los nervios de estos hombres? —digo mientras les miro con una ceja alzada, restándoles ha quejarse.
Obviamente no lo hacen.
—Ahora, vamos a comenzar de nuevo. —digo con la sonrisa más forzada que puedo formar—. Vuestros nombres, ahora. —ordeno, cambiando mi expresión de golpe a una seria.
Ellos dan un respingo.
—Zigor —dice el capitán.
Es un hombre de cabello castaño, ligera barba, quizá de tres días sin afeitar. Ojos grandes azules claros, pestañas largas(casi y me da envidia). Mandíbula cuadrada, cuello ancho al igual que su cuerpo. Cuerpo digno de babear. Brazos fuertes, a través de sus ropajes se notan...esos músculos del abdomen y piernas fuertes también. Recién me percato que tiene tinta que sobresale de su camiseta blanca, supuse que llegaba por todo su brazo.
— William —dice rápidamente el otro al ver mi mirada dirigida hacia el.
Es un hombre que de pintas parece de unos treinta-y-pocos. Cabello rubio, barba ligera, pero no es rubia si no...castaña. Ojos grandes y alargados color miel y pestañas normales. Mandíbula cuadrada y tiene tinta repartida por su cuello, y por lo que veo, hay más para abajo. Su cuerpo es un poco menos fuerzudo que el de Zigor.
—Bien. —digo de nuevo—. Estos son Denis, Bahari, Briseida, Nerea y Coral —los señalo con sus nombres correspondientes.
Veo como William desvía sus ojos más del tiempo debido ha Bahari. Supongo y sentirá la conexión hecha por compartir oxígeno.
—Okey...tengo una duda. —dice de pronto Zigor.
Con un gesto de mano le animo ha hablar.
—¿Cómo es que estamos debajo del agua y no hemos muerto ya? —hace la pregunta que no quería responder.
Bahari al parecer está más a la voluntad que yo.
—Estamos compartiendo oxígeno con vosotros. —se apresura a decir, un poco colorada.
Es raro verla en ese estado. Siempre ha sido la madura al ser la mayor de todas y no se sonrojaba con facilidad. Casi nunca lo había hecho.
—¿Y eso...como se hace? —murmura muy lejano de la conversación William.
Aunque una palmada en la nuca por parte de Zigor es suficiente para que vuelva a sus carriles. Yo disimulo una sonrisita.
—Pues... —dice Bahari, aunque se que necesita ayuda por que no quiere comenzar a tartamudear.
—Con un beso ligero, se crea una burbuja ha vuestro alrededor, y así es como aguantáis bajo el agua. —digo con simpleza.
—Osea...¿que alguna me ha besado? —pregunta Zigor con una mueca.
No es de asco o desprecio como a las que estoy acostumbrada. Es de mera confusión. Yo asiento.
—¿Quién? —preguntan ambos a la vez, Zigor con su mirada clavada en mi, y William en Bahari.
Denis señala ha Zigor y a mi, mientras que Cala señala por otro lado a William y Bahari. Zigor me mira con una intensidad que si no estuviera sentada, creo que me habría caído de cola al suelo.
—Y repito, ¿que hacemos aquí? —pregunta de nuevo.
—Vosotros seréis nuestra salvación, mientras que nosotras fuimos y seremos la vuestra. —contesto con el mismo tono y mirada frívola.
Eso hace que frunza el ceño con confusión.
—¿Porqué nosotros unos simples piratas seremos la vuestra? —pregunta.
—Porque nosotras queremos escapar, y mi madre va detrás de ti, para matarte. —digo sin mucho tacto.
Zigor rueda los ojos, —Wow, la sensibilidad en persona eres.
—No estoy para sensibilidad ahora que mi propia madre quiere mi cabeza por salvar al hijo del pirata que mató a mi padre, Zigor —contesto con la paciencia un poco perdida.
Escucho los jadeos por parte de las chicas. Todas menos Denis, quien ya lo sabía de antemano. La boca de Zigor se entreabre. William se va a descolocar la mandíbula, al igual que Bahari. Ruedo los ojos.
Tal para cual.
Sí.
—¿Y...Y ahora que? —intenta hacerse el duro Zigor. Aunque se que tiene demasiadas preguntas.
—Tenemos que ir a visitar ha una vieja amiga, para poder salir a tierra. —digo.
Es un plan que no había compartido con nadie hasta ahora, el plan creo que es sencillo. Iremos a ver a una bruja de agua. Osea, su elemento es el agua, con lo cual puede estar bajo el agua sin problema, y es lo que hace. Ella me pedirá algo a cambio de poder darme la poción de humanidad limitada ha una semana. Les daré ha las chicas incluyendo a Denis para poder ir ha Solárium, en donde está la Diosa Bruja.
—Parece sencillo —admite Denis cuando paro de contar mi plan al terminar.
Zigor asiente de acuerdo, seguido de William y las chicas.
—Pues en marcha. —dicto.
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La Última Dulce Canción
FantasyGalia, una sirena a punto de pasar a trono de cristal. Sí, las sirenas existen. Y no todo el rato son bellas y hermosas. Galia se niega a matar a los piratas que se crucen en su camino. Ella no es como su madre. Y no quieres serlo. Le salvó la vida...