Capítulo 23

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Capítulo XXIII: Aprender a decir Te Amo antes de que sea tarde.

GALIA.

—Entonces...¿eso significa que tenéis algo? —preguntan por enésima vez Coral y Yomi como niños pequeños curiosos.

De repente, antes de subir al carruaje siento una fuerza extraña acercarse a toda velocidad. 

—Alguien se acerca...y extremadamente rápido y ansioso —murmuro confusa.

De repente escucho un gruñido por parte de Zigor, está mirando al mismo punto que yo.

—Caín... —gruñe por lo bajo.

—¿Eh?

De repente mis manos son atrapadas por otras. Veo a Caín frente a mi. Sus colmillos sobresalen por las comisuras de sus labios.

—Hola preciosa —dice a modo de saludo—. ¿Como has estado con toda esta revelación y eso?

Alguien le aparta las manos bruscamente. Es Zigor. Quien se pone delante mía para que Caín no me toque.

—Vuelve a tocarla y te quedarás sin manos —gruñe con rabia.

—En fin —hace un gesto como restándole importancia a las palabras de Zigor—. ¿Cómo estás, preciosa?

—Está bien —contesta Zigor brusco—. Ya está, puedes irte.

Caín suelta una risa grave, ésta situación parece estar divirtiéndole muchísimo.

—No te he preguntado a ti, Zigor —dice simple y divertido—. Contesta, Galia, por favor.

—Estoy...¿bien? Gracias por preguntar —digo con una sonrisilla que el corresponde.

Escucho un gruñido por parte de Zigor. No oculto lo mucho que me divierte. Y creo que Caín tiene el mismo problema.

—Bueno, ya que tal, podríamos ir con vosotros —dice de broma.

Me giro a él grupo. Somo ya bastantes. Y las nuevas incorporaciones que no han hablado desde que estamos aquí, Nicolás, Yomi, Tinny y Lonny.

—Creo que somos bastantes —digo con falso pesar.

Al parecer Caín también sabe que finjo sentirme mal por ello pues su sonrisa se ensancha.

—Como quieras... —dice con falsa lástima—. Princesa —remarca.

—Aunque si quieres —dice Tinny y solo por su cara se que es ironía lo siguiente—. Podemos hacer un perfecto intercambio entre tu y yo.

Coral y Nicolás le dirigen una mirada ofendida. Ahora sí que veo su parecido.

—¿Tan insoportables somos? —preguntaron ambos a la vez.

Tinny les dio una mirada de horror.

—Odio a la gente parecida entre sí —masculla horrorizada antes de entrar al carruaje negro y dorado.

—Bien, nos veremos, chicos —dice feliz Caín antes de irse corriendo como un tornado(de manera literal).

—Vale, en marcha de nuevo —dicto.

Zigor tiene el ceño fruncido y los labios apretados. Le doy un golpe en la frente antes de subir al asiento derecho en donde el caballo de nombre Moon me espera pacientemente. Zigor se monta a mi derecha en donde el caballo Sun lo esperaba para ser guiado.

—¿Estáis todos por ahí atrás? —pregunto en un grito.

Escucho sus "si" y me tranquilizo en mi asiento, obviamente sin bajar la guardia.

La Última Dulce CanciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora