Capítulo XIV: Anclada a Amores del Pasado.
GALIA.
Me despierto con gritos abajo. Veo como a mí lado, muy cerca mío, Zigor levanta la almohada y ahoga un grito frustrado en ella.
Espera...
¿Porqué estoy TAN cerca de Zigor?
Y ahí es cuando bajo la mirada y veo que estoy pegada a el(literalmente). Mi pierna derecha encima de su cadera y mis brazos rodeando su cuello. Y lo peor es que por su lenguaje corporal se que no se siente incómodo por mi invasión a su espacio personal.
Cuando se destapa con la almohada la cabeza puedo verle. El pasa su lengua por sus labios humedeciendolos y atrayendo mi atención a ellos. Como si fueran imanes.
Mierda... ya estoy sin aire.
Me levanto de golpe. El calor ya está comenzando a extenderse por mi cuerpo. Cosa que no debería. Carraspeo y me visto lo más rápido que puedo. Cuando salgo el aún sigue tumbado en la cama.
—Voy abajo. Hasta ahora. —murmuro antes de salir a toda velocidad.
Me da igual estar medio desnuda, seguro que no es nada que ellos no hayan visto antes.
Bajo las escaleras a toda velocidad y me encuentro lo nunca visto.
Nerea y Coral pelando. Coral está gesticulando excesivamente al igual que Nerea. Ambas rojas del coraje.
—Chicas, ¿que pasó? —pregunto confusa.
Miro a William y Bahari que parecen tan confusos como yo. Noto un mentón apoyándose en mi cabeza. Es Zigor. Quien si no. Ruedo los ojos, a lo que Bahari pone una sonrisita cómplice a William.
Yo arrugo las cejas. Ellos niegan como si estuviera ciega por no ver algo.
—En fin, yo también quiero saber. ¿Qué pasó? —pregunta Zigor.
Nerea y Coral se giran lentamente hacia nosotros como asesinas seriales.
—Cállate. —espeta Coral.
Yo abro los ojos de más. ¿Coral siendo borde con alguien? Eso sí que es nuevo.
—¡Esta idiota es una jodida celosa y loca! —grita Nerea señalando a Coral.
—¡Y dale! ¡QUE NO ESTOY CELOSA DE DRAKE! —replica Coral histérica.
Ambas me miran como si esperaran que les de la razón a una de ellas. Sus ceños fruncidos y ambas señalándose mutuamente.
—¿Porqué se ha desencadenado esta disputa? —pregunto lentamente y suave para no alterar más las cosas.
—Porque ayer, antes de ir a dormir, Nerea me bes... —Coral se detiene en seco.
Espera...
¿Qué iba a decir?
Nerea la mira con el ceño aún más fruncido esperando a que continúe.
Zigor se acerca a mi oreja para susurrar.
—Soy yo o...¿Iba a decir que la besó anoche? —pregunta.
Yo le miro de reojo.
—No lo sé, pero sea lo que sea que haya pasado es intenso porque Coral nunca se altera por nada y suele ser la más infantil de nosotras. Con lo cual no le suele dar importancia a nada en general. —murmuro.
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La Última Dulce Canción
FantasyGalia, una sirena a punto de pasar a trono de cristal. Sí, las sirenas existen. Y no todo el rato son bellas y hermosas. Galia se niega a matar a los piratas que se crucen en su camino. Ella no es como su madre. Y no quieres serlo. Le salvó la vida...