Capítulo XXV: Beso Con Sabor a Despedida.
GALIA
Me siento en el césped para mirarme directamente al rostro. Alzo una ceja en su dirección. El enrojece un poco. Mira justo detrás mío fijamente. Me giro lentamente a pesar de que ya sabía quién estaba detrás.
—Zigor... —murmura William. Una sola mirada intensa de William le hizo entender que quería hablar a solas conmigo.
—Bueno...veo que es un buen momento para ir a tirarme por ese barranco de allá —señala William al irse.
—¿Que quieres? —pregunto directamente al acostarme de nuevo en el césped y ver que el hace lo mismo.
—Quiero hablar contigo —dice obvio.
Aprieto los puños en la hierba.
—Pues habla —digo—. Pero no prometo escucharte —mascullo de muy mal humor—. Si tanto dices conocerme...sabes que odio las mentiras y te perdoné una, esta no se si podré.
El tensa un poco la mano que tenía sobre la hierba.
—Yo... —ahí se queda la frase...no sigue.
—¿Tu, que? —espeto instando a qué continúe.
—Yo...de verdad lo siento...pero, no podía contarte eso —dice sin mirarme, pero se que notó mi mirada furiosa sobre el—. No después de lo que...de lo que le hizo a Coral.
Trago saliva, incómoda por revivir esos momentos en los que otro pedazo de mi corazón se desprendió del pecho.
—¿Y eso te da derecho a mentirme de la manera en la que lo hiciste? —pregunto escéptica a su patética excusa.
—No —dice firme, sorprendiéndome—. No me lo da. Pero no quería...no quería hacerte sufrir más.
Me quedo totalmente en silencio y tensa.
No me gustan esas palabras.
Me hacen recordar la manipulación de mamá.
—Perdón —dice como si pudiera saber en qué estaba pensando con mis ojos perdidos—. Se que...se que te haría daño saberlo, por eso ni William, Damaris o yo te lo dijimos —añade, nos quedamos en silencio de nuevo y tras eso, gira sobre su cuerpo, dejándolo de lado para mirarme, yo no le miro, y siento la molestia en eso, coloca una mano en mi mejilla para girar mi rostro hacia el—. Después de ir a Solárium...¿Querrás seguir hablando conmigo?
Me lo pienso. Lo cierto era que el ya estaba acostumbrado a la vida mundana. Yo no, como es obvio...el querría quedarse en un lugar solamente. Su barco era su hogar. Pero yo quiero explorar todo en tierra, no en mar. El seguramente quiera...ir a su rumbo con su tripulación y su hermano, quizá incluso con Bahari con ellos. Pero no conmigo.
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La Última Dulce Canción
FantasyGalia, una sirena a punto de pasar a trono de cristal. Sí, las sirenas existen. Y no todo el rato son bellas y hermosas. Galia se niega a matar a los piratas que se crucen en su camino. Ella no es como su madre. Y no quieres serlo. Le salvó la vida...