Capítulo XVII: Salvadas por la mágica campana Nicolás.
BAHARI.
Cəza nos ha dicho que su nombre formal es Samantha. Quiere que la llamemos así para no llamar la atención en caso de emergencia.
Llegamos al pueblo en el que se alojaba Damaris. Subimos a su hogar y nos encontramos a Drake, Damaris y la pequeña en el sofá. La pequeña está jugando con una muñeca de trapo mientras que Damaris y Drake discuten en voz extremadamente baja.
—Madre —dice William.
Zigor y William están tensos. No se porqué. Pero no me gusta nada. Algo esconden. Y algo dentro de mi me dice que no es nada bueno.
—¿Qué pasa? —pregunta confusa Damaris al vernos tan serios y con grandes ojeras.
Samantha está mirando fijamente a Damaris. Y no parece contenta.
—Necesitamos tu ayuda —dice seca Samantha.
Damaris la mira, agudizando su mirada sobre Samantha.
—¿Sobre qué? —pregunta.
Samantha alza su mentón.
—Nos ayudas y punto, Damaris —zanja.
Damaris traga grueso y veo como Zigor y William bajan la cabeza al suelo.
—Bien —masculla.
Las chicas y Denis vemos la conversación como un partido de tenis.
—Voy a necesitar que me ayudéis en algunos ingredientes —dice Samantha cambiando su actitud por completo, sonriendo y muy enérgica.
Asiento extrañada.
¿Porqué todos aquí son tan raros?
CORAL.
Hoy es el supuesto día del sacrificio a nosotras. Por traición al trono.
La puerta se abre mostrando a Nicolás y con una encapuchada. El también tiene una puesta y una en mano.
Me hacen ambos señales para no hablar. Yo asiento extrañada.
Cuando Nicolás abre la puerta de la celda con sumo cuidado, llega a mi y me quita las cadenas.
Las cadenas hacen ese ruida característico de ellas cuando caen al suelo.
Mi cola se siente libre por fin.
—Tenemos que irnos —susurra la encapuchada.
No me hace falta ver bajo la máscara negra con detalles de oro que lleva como para saber que es Galia.
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La Última Dulce Canción
FantasyGalia, una sirena a punto de pasar a trono de cristal. Sí, las sirenas existen. Y no todo el rato son bellas y hermosas. Galia se niega a matar a los piratas que se crucen en su camino. Ella no es como su madre. Y no quieres serlo. Le salvó la vida...