Había más pero no lo entendía intenté memorizarlo pero una descarga de energía me echo atrás, cuando me di cuenta estaba despierta aún echada en los almohadones rodeada por ellos, mi mano se cerraba sobre la de Azrrael.
- ¿Estás bien? –me miró apartándome el pelo de la cara, asentí y me quite el paño de la frente incorporándome completamente mareada, no podía respirar bien pero aún así asentí y busque la libreta, tenía que apuntar todo lo que había visto antes de que se me olvidara. Sé que mi tío empezó a protestar pero me lleve el dedo al labio para que guardara silencio, miré lo que había garabateado dando vueltas por el salón y suspiré aliviada al ver que no lo había olvidado. Estaba cansada, me apoyé en la mesa, me encontraba realmente mal, sin saber por que cuando volví a pensar en Ezequiel volvieron a asaltarme imágenes de cuerpos desnudos, recordé sus palabras, “sólo tienes que desearlo y allí estaré”… tío Akesh se acercaba a mí cuando presentí algo, le hice un gesto para que se parara, escuche y miré la ventana, estaba pálida y me quede como paralizada, oía un susurro en el aire, había alguien rodeando el jardín.
- ¿Qué ocurre? – preguntó tío Akesh.
- ¡No! ¡Al al suelo! – fue lo único que pude gritar.
La luz de la casa se fue y un fogonazo cegador entro por la ventana, los cristales saltaron por los aires y unos hombres irrumpieron en la casa, había un olor extraño, me mareé, me fallaban las fuerzas, odiaba esa sensación de impotencia, oí los gritos a mi alrededor, vio como unos hombres con una rapidez equiparable a las panteras ponían unas piedras alrededor de tío Akesh, cuando colocaron la última una especie de energía salió de las piedras, los haces blancos se unieron por encima de su cabeza creando una especie de jaula, intento atravesarla pero cuando su mano probo a atravesarla recibió una descarga que lo dejo de rodillas en el suelo, vi como uno le clavaba algo en el tobillo y como el rostro de tío Akesh se congestionó en una mueca de dolor. Miré alrededor aturdida, Omar estaba en el suelo boca abajo con el pie de un hombre en la espalda y este le apuntaba con un arma, Luzmila y Yasmina estaban abrazadas de rodillas en el suelo con el cañón de un arma en la nuca, Ablace estaba cercado por tres hombres que cerraban un circulo con unas espadas que desprendían una extraña luz rojiza, detrás de Ablace había otro que mantenía apretado su cuello y sus muñecas con un pañuelo negro. Giré la cabeza y pude ver que Iset se enfrentaba a otros tres hombres, golpeo a uno en la cara partiéndole la nariz y abriéndole el labio, otro descargo un dardo en el costado de ella mientras estaba ocupada esquivando un puñetazo de derechas y se llevo la mano al costado. Evito una patada al fallarle la pierna izquierda y cayó al suelo, entonces se echaron sobre ella, golpeó a otro y le propino una patada al segundo pero entonces al escuchar el seguro de un arma retirarse vaciló, su madre reprimió un sollozo al sentir el cañón apretar contra su sien, Iset respirando con dificultad dejo que le pusieran las manos a la espalda, y se las ataran con unos grilletes. El que estaba detrás le tiro del pelo para que levantase la cara y el que había recibido el golpe en la cara se la devolvió. Joshun se revolvió bajo los hombres que lo aprisionaban hasta que le golpearon en un lado de la cabeza. Azrrael tenía una buena brecha en la cabeza, la sangre resbalaba por el lado herido, de la comisura de los labios también le salía sangre, lo tenían contra el suelo, se revolvía pero otros tres hombres más lo rodearon, sacaron una especie de palo parecido a una porra y a un gesto se alargó, de la prolongación salía un zumbido, esa cosa brillaba y no se me ocurría una manera mejor de describirlo que no fueran las espadas laser de la Guerra de las Galaxias , en plena sincronización los hombres pusieron esa cosa sobre el cuerpo de Azrrael que se convulsionó como si hubiese recibido una descarga, apretó los dientes e intento moverse de nuevo pero volvieron a clavarle más de esas armas.
Abraham estaba anclado a una pared y uno mantenía un sable junto a su cuello, y yo quería hacer algo pero ni siquiera podía gritar y si lo hacía no escuchaba mi propia voz, no podía oír apenas nada, aún me silbaban los oídos de la explosión, era como si estuviese viendo una película, o como si estuviese drogada y con una camisa de fuerza, no podía hacer nada, estaba paralizada por esa voz que salmodiaba, otro hombre entro por la ventana leyendo un libro rojo, juro que quería reaccionar pero me era imposible, el cuerpo no me obedecía y mi mente estaba colapsada, era como si hubieran puesto una barrera a mis sentidos, como si hubieran atado mi don… estaba indefensa.
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De vuelta a la Tierra - Introducción
ParanormalLa vida de Urd, se vuelve patas arriba cuando sus pies pisas Egipto por motivos de trabajo. Tan buen punto ella llega una serie de misteriosos sucesos empiezan a encadenarse. Es más, el propio proyecto que ha de llevar acabo allí parece ser otro rom...