Cap. 23

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Entramos en la sala y nos acomodamos en nuestras butacas, la película empezó, yo ya la había visto pero eso era lo de menos.

__Bueno, es hora de que ponga en práctica mis dotes ¿no crees? – sonreí a Iset volviendo a ponerme seria y me giré mirando a Oscar que pareció verse atrapado en mis ojos.

Le hice una señal con el dedo para que se acercase, me había puesto de rodillas en la butaca de cara a él que estaba detrás de las nuestras, nadie nos prestaba atención al estar detrás de todo, además estaba casi vació. Cuando lo tuve delante sonreí encantadora y tirándole de la corbata lo acerque más, casi se cae de la silla, lo miré divertida, estaba desconcertado, le acaricié la nuca jugueteando con sus rizos y acerqué mis labios a los suyos, vacilo; Iset me mirada azorada. Le besé y aproveché para arrancarle un cabello, lo apreté entre los dedos y separando mi rostro del suyo que aún buscaba mis labios susurré mirándole fijamente: DUERME y él durmió. Sonreí a Iset que no podía creerse lo que había visto y la hice levantarse.

 __Venga vamos, la noche es nuestra

__¿Cómo has hecho eso? ¿Sabías lo que hacías?

__¡No! Pero tenía un plan B – le dije entrando en el lavabo empezando a sacarme los tejanos.

__¿Y cuál era el plan B? Espera, no me lo digas… bueno sí – sonrió sacándose la ropa y cogiendo el vestido que ocultaba mi bolsa y que habíamos elegido para ella.

__Dejarle inconsciente o emborracharle.

__Ay Dios, ¿dónde me estoy metiendo? – río acabando de colocarse bien el pecho dentro del ajustado vestido de lentejuelas doradas.

__Estas genial – la miré acabando de deslizar el mío por mi piel. 

Había elegido un vestido de tonos morados atado al cuello, la forma del escote era insinuante y dejaba la espalda al descubierto, la falda suelta acababa por encima de las rodillas

– Pues ya estamos – dije acabando de perfilar mis ojos y ponerle un poco de brillo de labios a Iset – ¡Vamos a arrasar, ha divertirse se ha dicho! – grité animada secundada por Iset.

Salimos por la puerta de atrás donde ya nos esperaba Ezequiel en otro descapotable distinto.

__Estáis preciosas – sonrió y nos dio un beso fugaz en la mejilla – Señorita Iset, es un placer verla de nuevo.  

Yo subí delante al lado de él e Iset que sentó a tras medió sentada en la capota. Ezequiel me tendió una petaca y yo eché un trago pasándosela a Iset que bebió, subí el volumen del estéreo y me uní al grito de Iset que dejaba sus cabellos al aire estirando los brazos y dejé que él me besara. Sus labios ardían y sus manos vagaban por mi pierna.

Ezequiel nos llevó a un impresionante club, era el más moderno y lujoso, Iset estaba encantada, nos tomamos unas copas y fuimos a la pista, nos pusimos a bailar y al poco teníamos un corro a nuestro alrededor. Iset sonreía y brillaba entre la penumbra de la sala, estaba tan bonita, era como un pajarillo que acababa de recuperar las alas, volvimos a la barra y bebimos otro coctel, me apoyé en la barra y miré el lugar, las arañas del techo, las alfombras….

__Podría acostumbrarme a esto – me dijo al oído ella, la miré e hicimos un brindis.

__Vaya, si estaban aquí mis dos chicas favoritas – sonrió Ezequiel pasándonos un brazo por la espalda a cada una, pidió otra ronda para los tres y con él en medio fuimos a un reservado después de bailar un rato más -  ¿Te gusta Iset? – preguntó sentado delante nuestro, estaba imponente, tenía un no sé que que lo envolvía que me enloquecía y sus ojos tenía un brillo especial cuando clavó su mirada en Iset que me hizo estremecer.

De vuelta a la Tierra - IntroducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora