Cap. 6

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Me costó abrir los ojos, arrugue la nariz, Abraham movía frente a mi cara un frasquito de olor peculiar, me intente incorporar pero me mareé, no se cual de los dos me dijo que no me moviese aún, tenía unas hojas en la frente con algo húmedo y viscoso, me lo quite, no soportaba su olor, me asfixiaba, sin embargo flotaba en la brisa un olor dulzón como de rosas o jazmín y lo seguí olfateando el aire hasta que quede apoyada en el cuello de Azrrael, sentí que se estremecía cuando sin querer mis labios entreabiertos rozaron su yugular. Me frote los ojos y me seque la humedad ¿había llorado?

__Toma bebe un poco de esto – dijo Abraham tendiéndome un cuenco con lo que parecía agua turbia. Tenía tanta sed que me lo bebí, debí hacer una mueca que les hizo reír por que se partían la caja, saque la lengua.

__Esta asqueroso, ecs – me pase el dorso de la mano por los labios y me senté -¿Qué ha pasado? – pregunte mirándoles.

__Eso deberíamos preguntártelo nosotros, parecías otra persona ahí dentro…de pronto te quedaste en blanco, petrificada, nos preguntaste si oíamos esa música y te desmayaste. Si no llega a ser por Azrrael te hubieses dado un buen chichón Señorita – sonrió y me despeino el cogote.

__¿Estas bien? – pregunto Azrrael. Asentí, miré el emplazamiento y suspire, no entendía que había pasado pero tampoco le di muchas vueltas, me agarre el brazo intentando reconfortarme pues aún me sentía extraña, temblaba, pero ya esta acostumbrada a las cosas raras, de todas formas, notaba algo en mi interior que iba cobrando más fuerza y de nuevo ese susurro en el viento.

__Eres un poco rarita – sonrió – será mejor que nos vayamos se ha hecho tarde y debemos llegar al hotel. 

__Si, suelen decírmelo… ¿Qué hora es?

__Bueno, digamos que llegarás tarde a tu reunión.

__¡Oh no! Lo había olvidado.

El jeep se puso en marcha a tan duras penas que creí que nos quedaríamos ahí tirados, pero luego parecía ronronear como un gatito, al llegar al hotel quedamos en vernos más tarde para tomar algo, subí a la habitación y deje correr el agua para darme una ducha, que bien me sentó el agua corriendo por mi piel, salía bastante marrón a causa de la arena pero enseguida me limpie y entonces fue cundo me di cuenta al frotarme el cuello de que el collar estaba allí ¡No lo había soñado! Era real. 

Saqué uno de los vestidos que había traído y me lo puse, me deje el pelo suelto y tras recoger las llaves del coche baje hasta el parking y me fui directa a la reunión. Irremediablemente habían empezado a cenar pues al llegar al hotel se nos hizo de noche, me disculpe como pude diciendo que todo era un caos, un punto a mi favor por lo menos, y me senté tras ser invitada, me incomodo que todos se levantasen cuando entre. Mierda, había elegido mal día para ponerme vestido, pues la cena era en el suelo con cojines y una mesa baja, me senté lo más digna que pude y proseguimos con las negociaciones etc., Ezequiel no me quitaba ojo de encima y su mirada era no se… escrutadora, en cambio no había visto a mi tío más enfadado que entonces o era preocupación? Deguste todos los platos de los que fui capaz y bebí quizás más vino del conveniente, pero no se percataron de ello. Omar me ofreció agua miel y dátiles de su propia casa.

__Bonito collar, ¿de donde lo has sacado? – pregunto de repente en mitad de la cena Ezequiel.

Me lleve instintivamente la mano al collar, no me lo había quitado, lo mire y lo sujete un momento entre los dedos y lo deje posarse de nuevo sobre mi piel. No podía decir que lo encontré en el desierto mientras flipaba, ni siquiera podía mencionar que había ido por ahí con dos desconocidos o a mi tío le daría un ataque y ya estaba bastante enfadado, ahora todo el mundo centraba su atención en mi cuello, el silencio se hizo evidente y las caras de todos… uff, que miedo… que seriedad. Debía ser convincente y no dudar, seguro que mi tío pescaba la mentira enseguida. Sonreí encantadora y me lancé

De vuelta a la Tierra - IntroducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora