Capítulo 16 "Ataque en Idris"

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Jace despertó temprano en la mañana y observó como Clary seguía profundamente dormida. Desde la llegada de Sunna ella no había dormido más de cuatro horas seguidas y al parecer todo ese cansancio acumulado, junto con el estrés de no saber nada de Magnus, Alec o la niña, la había vencido finalmente.

Se sentó en la cama a observarla mientras pensaba en los acontecimientos de los últimos días. Algo dentro de él le decía que sabía más de lo que había dicho en los interrogatorios pero no lo recordaba y eso lo frustraba irremediablemente.
También estaba la situación de Aciel.

No quería ser así de estricto con su hijo, siempre se había propuesto ser diferente de Valentine e incluso de Robert. Pero todos estaban bajo mucha presión, incluso Luke había advertido que los lobos y subterráneos estaban sintiendo que algo se gestaba en las profundidades del averno y el no tener control sobre ello lo tenía desesperado. Deseaba proteger a su hijo de todo aquel mal, por eso se había excedido con él.

Suspiró cansado. Quizás debía pedirle perdón, dejar que el chico se explicara. Aunque él no quisiera, su hijo ya no era un niño y en su época él mismo había hecho cosas imprudentes. Con ese pensamiento se puso de pie asegurándose no despertar a Clary y salió rumbo a la habitación de su hijo.

Era sumamente temprano y toda la casa todavía dormía, no recordaba la última vez que vio a Aciel dormir. Los años habían pasado y era una costumbre que desafortunadamente fue perdiendo, aún recordaba cuando era solo un niño de rosadas mejillas y rojos rizos que reía si al despertar lo veía allí.

Se acercó a la habitación de su hijo, debido a la hora determinó no tocar la puerta solo abrió lentamente para no despertarlo. La sangre comenzó a correr por su cuerpo a una velocidad escalofriante, su corazón latía fuerte y sentía que se le iba a salir del pecho.

Un pitido se apoderó de sus oídos y salió corriendo revisando en baños, cocina, cualquier parte de la casa donde pudiera estar Aciel. No estaba. No pensó jamás que algo podría alterarlo más que cuando Sunna fue separada de él, pero allí estaba la angustia asfixiante que lo ahogaba y no podía detenerla.

Un mensaje de fuego llegó desde Idris, estaba ocurriendo un ataque. Desde la guerra ningún demonio había vuelto a vencer las salvaguardas, pero eso también había cambiado. Luke llegó con un mensaje idéntico al que Jace sostenía en la mano, Clary y Jocelyn venían detrás alertadas por el ajetreo.

—¿Qué sucede?— preguntó Clary.

—Están atacando Idris— respondió Luke- hay demonios atacando.

—¿Qué?— exclamó Jocelyn— eso es imposible.

—Aparentemente no lo es— repuso Luke.

—¿Dónde está Aciel?— intervino Clary. Tenían que ir al instituto y de allí a Alacante rápidamente, necesitaba dejar ordenes específicas a su hijo.

—No está— la voz de Jace salió en un tono bajo, casi un susurro.

—¿Qué dijiste?— inquirió Clary en tono mortal.

—No está— repitió Jace intentando convencerse a sí mismo de que había un ataque de demonios en Idris y que su hijo había desaparecido y que la sensación interna que le decía que no eran hechos coincidentes era mentira. Pero el grito roto de Clary le dejó en claro de que sus instintos estaban en lo correcto.

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Tessa y Catarina habían recibido un mensaje de Magnus. Tenían que ir a Alacante a salvar a Aciel, nadie podía capturarlo. Los nefilims no aceptarían algo como aquello y ellos no permitirían que nada les pasara al joven Herondale, pero no podían ir ellos mismos. Sunna incluso les había retenido usando su poder y cuando sus padres la vieron desfallecer producto del exceso de uso de energía estando todavía débil decidieron que mejor se quedaban.

Luz angelicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora