Diego Rosales no se consideraba un tirano, anteriores Inquisidores habían aprovechado su puesto para trasgredir la ley pero él no sería uno de esos. Sin embargo tenía compromisos con la Clave, necesidades que contentar y sobre todo una obligación para con los nefilims.
Es por eso que había determinado hacer un interrogatorio delante de los Hermanos Silenciosos con la Espada Mortal de por medio.
Todos estaban en silencio, los Hermanos Silenciosos se encontraban en una habitación de piedra anexa a la suya donde todos los involucrados esperaban su momento con la espada para responder a las preguntas del Inquisidor. Incluido Aciel por más que Jace, Clary, los Lightwood y algunos subterráneos como Luke habían insistido en que era ridículo exponer al niño a eso.
Él sabía que el chico ya no era un niño y además era hermano de la pequeña en cuestión, aún sin haberse visto nunca antes podría haber tenido debilidad para ayudarla.
— Jace Herondale— llamó un miembro de la clave y Jace lo siguió hasta detrás de las puertas de piedra donde estaban los Hermanos Silenciosos y el Inquisidor.
— Por favor sitúese en el centro y tome la espada— recitaron los Hermanos en su mente y Jace hizo lo que le pidieron. Realizó el juramento de verdad y luego empezó el interrogatorio.
— ¿Es cierto que la niña Sunna Lightwood-Bane es su hija biológica?— preguntó el Inquisidor.
— Sí— respondió secamente.
— ¿Por qué solo biológica?— insistió.
— Porque su poder sobrepasaba las capacidades de nuestra dimensión, así que poco más de una hora después de haber nacido fue transportada a otra dimensión. No sé cuál— explicó empezando a sudar, al menos no había dicho nada que la Clave ya no supiera.
— ¿La niña lo reconoció a usted o a Clarissa Fairchild como sus padres?— continuó el Inquisidor como si Jace no hubiese dicho nada.
— No— aceptar aquello delante de ese montón de extraños era superior a Jace, pero tenía que hacerlo por su familia— para ella no somos nadie, solo reconoce como familia a Magnus Bane y Alec Lightwood.
— ¿Sabe usted qué pasó con la pequeña?— inquirió complacido de que Jace estuviese colaborando hasta el momento.
— Hace unas noches unos demonios atacaron la antigua residencia de Magnus Bane donde ellos tres se encontraban. Lograron escapar pero no sé qué ha pasado con ellos después de eso. No he podido comunicarme con ninguno. Sé que Alec está vivo por mi runa parabatai, pero eso es todo— explicó Jace y la verdad eso era lo que sabía y recordaba, podrían incluso torturarlo y no tendría más que decir.
— Entiendo— respondió meditabundo Diego— pueden llevárselo— aseguró y un grupo de cazadores se acercó a donde estaba él para sacarlo de la habitación.
Los interrogatorios continuaron durante toda la mañana, en cada uno de los interrogados obtuvo las mismas respuestas. No sabían nada de Alexander, Magnus o la niña desde el ataque al apartamento de Magnus. Esto frustraba a Diego, sabía que era casi imposible que ellos no hubiesen ayudado al brujo y su familia pero la Espada decía que eran inocentes.
— Aciel Herondale Fairchild— llamaron al último de los interrogados. Diego ya no tenía esperanzas sobre esto pero tenía que terminar lo que había empezado.
— Por favor sitúese en el centro y tome la espada— le dijeron los Hermanos Silenciosos y al igual que todos anteriores a él realizó el juramento y prosiguieron con el interrogatorio.
Sus respuestas eran similares a las de los demás, claro que desde su punto de vista. El Inquisidor empezaba a perder la paciencia con esto.
— ¿Sabes dónde está tu hermana?— preguntó finalmente.
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Luz angelical
Fiksi PenggemarMagnus es feliz al lado de su marido, pero cada día el deseo de ser una familia aumenta por más que quiera controlarlo. Tiene mucho miedo sobre el futuro, pero... ¿Qué pasaría si de un evento desafortunado él obtuviera aquello que desea? Aunque le...