Sunna y Aciel habían regresado al Instituto y desaparecido sus dobles astrales sin que nadie sospechara nada. Los recuerdos de sus dobles se fundieron con los suyos propios, para Sunna esto era algo normal pero para Aciel era un poco extraño todavía.
Continuaron sus vidas con normalidad y mantenían sus regios entrenamientos diarios, sin embargo en las noches Aciel dedicaba horas en las bibliotecas buscando información sobre lo que pasaría, sin encontrar nada que le ayudara.
— ¿Qué haces?— Aciel dio un respingo al sentir la voz de Lucian desde detrás de él.
— Por el ángel, me asustaste mocoso— reprochó Aciel a lo que recibió un grito de parte del niño diciendo que no era un mocoso— ya vale, no te enojes.
— Y no me has dicho, ¿Qué haces?— insistió el niño.
— Busco información para ayudar a Sunna— respondió el pelirrojo convencido de que no era malo decírselos a ellos, ya había reparado en la presencia de Lucas detrás de Lucian.
— Quizás te podamos ayudar, llevas días en la biblioteca y siempre dejas reguero. Es obvio que no has encontrado lo que buscas— dijo Lucas pegándose a su hermano, era increíble lo idénticos que eran.
— A no ser que sepáis algo de rituales de ascensión no me podéis ayudar— comentó Aciel en un suspiro desganado.
— Eso es lo que hacen los ángeles al morir en la Tierra, ascienden mientras que los demonios descienden— respondió Lucian.
— Y también los enviados celestiales— añadió Lucas.
— ¿Qué? ¿De qué hablan?— preguntó Aciel sin comprender.
— Está en el Libro de los Ángeles de la biblioteca principal de Alacante— respondió Lucian como si nada.
— ¿Cómo sabéis eso?— Aciel estaba altamente desconcertado.
— Porque nos lo robamos en nuestra última visita con mamá ya que nadie lo usaba y está en nuestra habitación escondido— esta vez fue Lucas quien dio respuesta.
— ¿Qué habéis hecho qué?— Aciel se impactaba con las diabluras de los gemelos, no entendía como dos niños podían hacer aquello.
— Si quieres te lo dejamos leer, allí hay más cosas sobre las ascensiones— dijeron ambos a la vez en esa forma tan peculiar que hacía que Aciel tuviera escalofríos.
Se lo pensó porque sabía que leer el libro significaba que no podía delatar a los gemelos y estos habían hecho algo malo, pero por otra parte ninguno de ellos estaba haciendo nada conductualmente apropiado y no por ello era algo malo.
En un suspiro Aciel asintió con la cabeza de manera tal que los gemelos lo llevaron a su habitación compartida y cerraron la puerta con la runa de sellado que habían aprendido, producto de observar las muchas reuniones de su prima rubia con los adultos.
Lucas y Lucian empujaron la cama unos centímetros para luego mover una tabla suelta del suelo y sacar de debajo de esta una caja que dejaron de lado y luego el Libro de los Ángeles. Aciel se sentó en el sofá que tenían los gemelos y estos le dieron el libro sentándose uno a cada lado. Le indicaron a Aciel que capítulo era el que hablaba sobre la ascensión y el pelirrojo notó que el libro estaba escrito con una caligrafía impecable.
— Es este— indicó Lucian señalando el capítulo donde se veía en un dibujo a líneas un ángel con las alas replegadas hacía abajo.
"Ascensionem animarum" rezaba en la parte de arriba de la página y Aciel tragó en seco leyendo en voz alta lo que decía el libro.
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Luz angelical
FanfictionMagnus es feliz al lado de su marido, pero cada día el deseo de ser una familia aumenta por más que quiera controlarlo. Tiene mucho miedo sobre el futuro, pero... ¿Qué pasaría si de un evento desafortunado él obtuviera aquello que desea? Aunque le...