Epílogo "Familia"

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Raphael corría por el jardín de la parte trasera de la casa persiguiendo a Presidente Miau, que continuaba queriendo escapar del endiablado niño. Ciertamente habían nombrado a Raphael erróneamente, no era nada similar al vampiro que Magnus consideraba su hijo mayor.

El niño era hiperactivo y travieso, siempre corriendo y preparando alguna maldad. Maxwell por otro lado era lo contrario, seguía a su hermano a donde fuera pero normalmente no era partícipe de las ideas de este. Por eso en ese instante estaba sentado al lado de Shiro viendo a su hermano correr.

Si había sido una sorpresa tal lo del embarazo que había causado el desmayo de Izzy y Maryse a la vez cuando dieron la noticia, peor había sido al enterarse que tendrían mellizos. En cada uno destacaba su naturaleza extraordinaria.

Rapha era un nefilim a todas luces, uno inmortal tal como había dicho Sunna, pues en el centro de su pecho al nacer se veía bien pequeña la runa que Alec tenía refulgiendo en su pecho. Max por su parte tenía la piel visiblemente azul y unos tiernos cuernecitos en su frente que le recordaban a Ragnor y era obvio que era un brujo.

Curioso que al final la familia no terminó tomándose tan mal el embarazo de Alec e incluso los cazadores de sombras y la Clave parecían entenderlo. Magnus suponía que producto de lo que habían visto a Sunna hacer ya no se sorprenderían de nada que ella hubiese hecho. El embarazo avanzó como uno normal y solo el parto fue lo dificultoso pues tuvo que ser cesárea.

Magnus estaba tan alterado que su magia se había salido de control. La única persona capaz de controlarlo fue la última que él pensó, su padre Asmodeus. Había venido del infierno por un mensaje de Aciel avisándole de la situación y aunque todos se sorprendieron nadie se quejó. Después de ese día las relaciones entre él y Magnus habían mejorado y si bien no le llamaba padre al menos sus hijos sí le decían abuelo. Tal como ella había querido.

Cinco años habían pasado y Magnus y Alec todavía no lo creían. Seguían llegando a casa con la esperanza de encontrar a una adolescente enfadada con sus hermanos menores recibiéndolos luego de un día de trabajo. O al dormir pasaban por las tres habitaciones infantiles que había en la casa. La de Sunna permanecía cerrada a cal y canto, pero siempre se detenían delante de esa puerta luego de darles las buenas noches a Rapha y Max.

El primo Manzanita, como habían apodado a Aciel producto de que Magnus jamás dejó de llamarle de esa forma, los visitaba tanto como podía acorde a sus misiones. Había crecido siendo un cazador de sombras increíblemente bueno, luego de haber explotado por curiosidad todas las habilidades de la estela dejada por Sunna. Se llevaba de maravilla con los niños y le hacían sentir más cerca de la pequeña rubia que él había conocido.

La familia solía perder la cabeza cada que Lucas y Lucian se unían a Rapha y Max. El último era el más tranquilo pero al estar los cuatro juntos se contagiaba del aire travieso de sus acompañantes y los destrozos eran inimaginables. Incluso con un brujo arreglando sus desastres. La diferencia de edad jamás fue un problema entre ellos.

Aparte de Asmodeus solo alguien que no eran sus padres sabía imponerles respeto a los niños. El tío Rafael. El vampiro había cumplido sus palabras a la niña rubia que le había reconocido como hermano mayor, era un tío para los otros hijos de Magnus y Alec. Uno muy recto y serio al que los mellizos querían mucho.

Las relaciones entre Clary y ellos se habían alivianado, hasta el punto en que ella les había pedido que le contaran todo de Sunna que no había visto en sus recuerdos desde el punto de vista de ellos como padres y los había sorprendido un día diciendo que añoraba la posibilidad de ser una tía para la niña que ya no estaba. Esa noche Magnus había llorado y Alec en un silencioso llanto le consolaba.

Luz angelicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora