Capítulo 23 "Revelando la verdad"

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Aciel sentía las miradas acusadoras de su familia. Estaba delante de todos ellos y le miraban atentos, acaba de salir del interrogatorio donde la Espada Mortal había revelado que él ciertamente no sabía nada sobre dónde había estado ni con quién.

Eso no era verdad pero el hechizo de Sunna funcionaba a las mil maravillas. Aparentemente sus familiares habían pensado que la verdad saliera a la luz con la Espada, pero al ver que eso no sucedería habían decidido interrogarle ellos.

—Aciel llevamos más de 30 min aquí, por favor solo dinos la verdad— pidió Jocelyn, estaba cansada de estar a la oscuridad de todo.

—No tengo nada que decir— volvió a afirmar el pelirrojo y esto hizo que Clary finalmente estallara.

—Te vas para tu cuarto y allí te vas a quedar, no saldrás para absolutamente nada. Prohibido todo tipo de comunicación con cualquiera que no seamos Jace y yo para llevarte tus comidas. A ver si así reflexionas sobre la confianza en tu familia— sentenció su madre para luego indicarle que fuera de inmediato a cumplir su castigo.

El joven no se hizo de suplicar, inmediatamente se levantó y salió de la habitación parsimoniosamente. Caminó por los pasillos y podía escuchar como los demás cazadores de sombras hablaban de él a sus espaldas. Estaba cansado de aquella situación, peor aún era saber que su familia le miraba de esa manera tan acusadora, pero no podía hacer nada para cambiarlo.

Se dejó caer en la cama luego de cerrar la puerta con indiferencia. Miraba al techo fijamente y por eso no se percató de en qué momento la imagen fue cambiando a su alrededor.

—Aciel— lo llamó Sunna, entonces el muchacho se percató que la niña estaba metida en su cabeza y que a su alrededor las cosas se veían ligeramente diferentes, como si captara la energía proveniente de cada objeto.

—Sunna, al fin. Estaba preocupado— exclamó el joven.

—Lo lamento, tengo mucho que contarte— contestó la niña y prosiguió a relatarle lo sucedido, incluyendo la aventura de Magnus en el Reino Seelie.

—Será por eso— comentó distraído el joven.

—¿A qué te refieres?— preguntó la rubia.

Evitaba leerle el pensamiento a las personas tanto como podía y estar dentro de la cabeza de su primo no significaba violar su privacidad totalmente. Reparó en que pensó en él como su primo y una sonrisa mental se instaló en ella.

—A que ahora las cosas cuando estás en mi cabeza se ven diferentes, como si tu presencia fuera mayor y tus poderes también— se explicó él y la pequeña tuvo que darle la razón.

—Mucho ha cambiado— comentó con melancolía y tristeza. Aciel sabía que algo estaba mal pero no podía determinar qué era— eso no importa ahora, hemos tomado la decisión de decirle la verdad a todos.

—Entiendo— afirmó el joven, había pensado ya en esa posibilidad a medida que escuchaba el relato de Sunna— no podemos salir del Instituto.

—Lo sé— confirmó Sunna— pero yo sí puedo entrar.

—¿Qué?— se quejó él pretendiéndola loca.

—Primero tú explicarás toda la verdad de lo que ha pasado hasta ahora contigo y con nosotros, y no me refería a ir directamente sino a través de ti. Puedo tomar posesión de tu cuerpo directamente, intercambiar lugares contigo por así decirlo—aclaró la rubia— solo por si acaso, no pienso llegar tan lejos pero es bueno tener un plan.

—Está bien— accedió el pelirrojo— entonces… ¿Cuándo?

—Esta noche— le informó.

—Así será— acordó Aciel y luego se despidieron.

Luz angelicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora