Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》

《 Señor pichón 》

Nos encontrábamos en la clase de la señorita Bustier.

Allí, el director del instituto estaba dando la palabra.

—Tienen un día para trabajar en su artículo de moda y debe ser un diseño propio —aclaró el mayor—. En diez horas, su presentación será evaluada por el gran diseñador de modas, Gabriel Agreste. El padre de nuestro alumno, Adrien Agreste.

Todos lo miramos y él sonrió avergonzado.

—De hecho, Adrien modelara el diseño ganador en su próxima sesión de fotos —observé como Marinette por poco saltaba de emoción—. Y ahora les anunció el tema de este año... ¡Bombines! —su rostro cambió a uno preocupado.

Un tiempo después...

—Bombines... bombines... —repetía la azabache caminando de un lado a otro.

Nos habíamos retirado del salón ya que la maestra de química faltó y era la última clase del día, podíamos irnos de la institución si eso queríamos.

Alya y yo estábamos sentadas sobre una banca viendo como Marinette se desesperaba por no saber que diseñar.

—¡BOMBINES! ¡BOMBINES! No tengo diseño de bombines —volvió a hablar fustrada—. Tengo sombreros de copa, gorros e incluso unicornios —ambas reímos—. ¿Quieres una boina? Yo la tengo, ¿un sombrero? No hay problema, ¡¿pero un bombín?!

—¿Todo eso por un bombín? —preguntó la de lentes.

—Dejame ver tus dibujos —pedí haciendo que la oji-azul me entregara su libreta de diseños—. Debe haber algo por aquí... —pasé hoja por hoja.

—Olvídalo, soy todo un desastre, al final seguro lo eché todo a perder —dijo desanimada.

—Wow ________ increíbles d-diseños, no sabía que tenías esas habilidades —cierto rubio se acercó a mí mientras admiraba aquellos bocetos.

—Gracias Adrien —sonreí leve—. Pero no son míos, estos diseños pertenecen a Marinette —señalé a la mencionada quien se encontraba escondida detrás de Alya—. Muy lindos, ¿no?

—Eres súper talentosa Marinette, en serio tienes oportunidades de ganar —habló el oji-esmeralda halagandola.

—B-bueno ahm... s-si, me gustan... los diseños... de... ahm... —Alya y yo le hicimos dos pulgares arriba indicando que iba bien—. ¿En a-acenso? —fruncimos el ceño e hicimos señas para que se detenga—. A-ahm ¿Mientras p-paran? ¡Es decir! ¿G-gracias?

—Ahm... si, tal vez usé tu bombín en la sesión de fotos de mi padre —dicho eso, se fue despidiéndose con un ademán.

—La próxima vez tienes que controlarte, ¿pero escuchaste? ¡Adrien dijo que tenías oportunidades de ganar! —chilló Alya feliz mientras daban saltitos, yo solo reía.

Desde que me enteré que Marinette estaba enamorada de Adrien, me parecían entretenido lo nerviosa que el rubio ponía a mi amiga, aún así; siempre la ayudaba con lo que podía.

—Oigan chicas, solo quedan nueve horas para la exhibición —hablé mientras me levantaba de la banca sacándolas de su mundo.

—Oh, ¡todavía no encontré mi jardín secreto de inspiración¡ ¡Nos vemos luego! —Marinette se fue corriendo hacia la salida del instituto pero chocó con una pared—. ¡Estoy bien! —sobo un poco su cabeza y se marchó.

—Esta chica... —ladeé mi cabeza mientras reía levemente—. Bueno Alya, yo también debo irme, nos vemos —le hice un saludo militar y me retiré de ahí.