《 Rogercop 》

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Martes.

Día de profesiones.

—¿Entonces no podrán asistir hoy? —pregunté con el celular sobre mi oído.

—No cariño, lo lamento —pauso—. Tu madre y yo tenemos mucho trabajo que hacer aquí en la empresa  —respondió mi padre del otro lado de la línea.

—Lo entiendo... debo irme, adiós.

—Esper... —colgué suspirando.

—¿El señor Baez no irá hoy? —preguntó Amelia retirando mis platos ya vacíos.

—Así es, debí susponerlo —me levanté de la mesa y subí a mi habitación para alistarme.

Me vestí con una blusa blanca, una falda en color negro, una chaqueta rosa y mis tenis blancos.

Caminé hacia mi tocador, abrí uno de los cajones y de allí saqué un colgante de oro.

Me lo coloqué, tomé mi mochila y bajé las escaleras.

—Adiós, Amelia —me despedí de la empleada.

—Tenga buen día, señorita —me alentó con una sonrisa.

Al salir, Josh me ayudó a subir al coche y nos dirigimos hacia el instituto.

El trayecto fue muy silencioso.

Hoy, para la clase de la señorita Bustier debíamos ir con nuestros padres para hablar un poco sobre sus respectivos oficios.

Pero, como de costumbre, los míos no pudieron asistir por trabajo.

Al llegar al salón todos ya estaban allí, algunos siendo acompañados por sus padres.

—Hola Adrien —saludé al rubio con un ademán, él me devolvió el gesto con un semblante triste.

—¡________! Ven, ven, ¡mira lo que mi papi me obsequió! —la de ojos celestes me tomó del brazo llevándome hacia ella, sacando de su bolso blanco una caja en forma circular—. Toma —lo dejó en mis manos.

La abrí dejando ver un brazalete de oro con pequeños diamantes morados alrededor. Se ve muy costoso.

—Es muy lindo, Chlo —sonreí para volver a colocarlo en la caja y devolverselo.

—Lo sé, ¡es carísimo! —iba a hablar cuando la maestra entró.

—Buenos días estudiantes y padres, por favor tomen asiento.

Asentimos y todos fuimos a sentarnos, los mayores se posicionaron a un lado de sus hijos.

—Hola Alix, señor Kubdel —saludé a mi amiga y a su padre.

—Buenos días ________ —ambos me sonrieron.

—Bien —tomó una hoja con el listado—. Los primeros en pasar serán Marinette junto a su padre, Tom Dupain —la azabache se levantó de su asiento con una bandeja de croissants en sus manos, ambos pasaron al frente.

—Bueno, mi día comienza a las cuatro de la madrugada todos los días porque la pastelería abre a las siete, decían que la vida de un pastelero es pura rutina —observé como Adrien se levantaba con el teléfono en la mano para salir del salón—. Mismos postres, rollos, pasteles. En realidad es diferente cada día... —me levanté y salí de allí sigilosamente.

Quería ver que le sucedía.

Al pasar por la puerta, lo oí dejando un mensaje al buzón de voz.

—Hola padre... soy yo... —pauso suspirando—. Es el día de profesiones de padres en la escuela, esperaba que pudieras venir... llamame... —colgó.

Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora