Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》

《 Gorizilla 》

—¡Ya me voy, Amelia! —avisé abriendo la puerta de entrada.

—Tenga buen día, señorita —alentó y con una sonrisa salí de la mansión.

Era fin de semana y un día muy caluroso.

Estaba vestida con un pantalón corto en color negro, una blusa blanca y en mi bolso traía mi traje de baño.

Hoy, mis amigas —Alya, Marinette, Juleka, Mylene, Rosita y Alix— y yo decidimos ir a la piscina para disfrutar del día.

Sentí mi celular vibrar y atendí la videollamada de Alya y Marinette.

—Chicas, llevamos quince minutos esperándolas, ¿en dónde están? —habló la morena.

—A-ahm... estaba decidiendo que traje de baño utilizar —Nette sonrió y la pantalla detrás de ella se encendió mostrando el nuevo anuncio de Adrien.

Radiante... despreocupado... de en sueño...

Adrien, la fragancia.

—Ajá, ¿y el comercial de Adrien te está ayudando a escoger uno? —preguntó con una ceja alzada y yo solté una carcajada.

—Estoy en camino, ya nos vemos —colgué la llamada para seguir mi rumbo.

O al menos fue así hasta que choqué con alguien.

—Lo lamento much... ¿________? —alcé la mirada al oír su voz.

—¿Ad? —él miraba hacia atrás constantemente—. ¿Qué sucede?

—Buen...

—¡Adrien Agreste! —gritó un chico castaño interrumpiendolo mientras corría hacia nosotros con una multitud detrás de él.

—¿Esto ocurre siempre que apareces en un comercial? —pregunté mirándolo de reojo.

—¡Al menos sí cuando tu rostro está por todo París! ¡Vamos! —me tomó de la mano para comenzar a correr en un intento de escapatoria.

—¿________? ¿________ Baez junto a Adrien Agreste? —preguntó una chica pelinegra posicionándose delante de nosotros e impidiendo nuestro paso—. ¡Es el mejor día de mi vida!

—Me encantaría quedarme pero... —miré hacia atrás y aquel grupo de personas nos buscaba con la mirada.

—¡Mi nombre es Bethany! ¡Amo el como actúas en las pasarelas, siendo modelo y en todo lo que haces! —chilló emocionada para girar alrededor de mí—. ¡Soy tú más grande fan! ¡Te sigo desde pequeña y me encantaría ser como tú algún día!

Sonreí con ternura.

—Eso es muy lindo de tu parte, pero en verdad debo... —Adrien comenzó a correr de la nada arrastrandome con él.

—¡Oye! —protesté.

—¡Ya nos vieron! ¡Tú corre!

Luego de unos minutos corriendo por todas partes como si fueramos criminales escapando, llegamos a una calle cerca de la plaza de los vosgos donde comenzamos a caminar con normalidad debido a la falta de aire.

—¿Crees qué...? —fui interrumpida.

—¡Adrien! ¡Una foto! —gritó alguien a lo lejos y resople frustrada mientras acelerabamos el paso.

—Olvídalo.

Ambos miramos hacia atrás viendo como nos perseguía hasta un camión de bomberos.

Recuerdenme nunca salir con Adrien luego de que su comercial haya salido por todo París.