《 Origenes 》

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Bip bip.

—Mhm... —gruñi al removerme sobre mi cama, girando mi cuerpo levemente hacia un costado.

Bip bip.

—________... —oí la voz lejana de mi madre, sin hacerle mucho caso.

Bip bi...

Silencio.

—________, cariño, llegaras tarde —en cuanto la oí cerca mío, sentí como me arrebataba las cobijas. Mi piel se erizo ante el repentino frío.

—Mhm... —me quejé, frunciendo el ceño—. Cinco minutos más... —pedí cubriendo mi rostro con un cojín lila.

—No.

—Pues treinta más...

—No, ni un minuto más. Baja ya —abrió las cortinas del gran ventanal de mi habitación, dejando entrar la luz del sol.

—¡Madre! —mi voz suena ligeramente ronca. Frote mis pesados ojos mientras me sentaba de forma perezosa sobre la cama, mi cabello se encontraba levemente despeinado.

—Bajaré y te querré en diez minutos abajo, señorita. Tu padre y yo iremos al trabajo —advirtió señalandome con un dedito—. Por cierto, tendrás que ir caminando, Josh vendrá con nosotros por hoy —menciono aquello último, saliendo de la habitación.

Frunci ligeramente el ceño ante aquello. Detestaba caminar con calor.

—¡Total ni quería seguir durmiendo! —reproche levantandome de la cama y dirigiendome hacia el baño, rendida.

Me vestí rápidamente con una blusa negra, unos jeans celeste claro y cepille mi largo cabello castaño. Maquille un poco mi rostro luego de cepillar mis dientes y bajé por las largas escaleras en forma de espiral, dirigiendome hacia la cocina de la casa.

—Buenos días, Amelia —salude a la mujer mayor con una pequeña sonrisa, mostrándome con prisa. Ella traía su respectivo uniforme de trabajo.

—Buen día, señorita —se dirige hacia mí con una sonrisa, sus facciones eran suaves—. ¿Desea algo de com...?

—Lo siento pero llegare tarde, me quedé dormida —mencioné avergonzada y algo apresurada. Tomé un yogurt con frutas de la nevera antes de hacerle un ademán con la mano—. ¡Nos vemos en la tarde!

—¡Tenga un buen primer día! —alento con ánimo en cuanto salí de la mansión Baez.

El coche de mis padres no estaba, por lo que supuse que ya se habían marchado al trabajo junto con Josh, nuestro guardaespaldas.

Mi nombre es _______ Baez. Hija de los muy conocidos, Marco y Sarah Baez, quienes son dueños de varias empresas importantes en París y, además, de que mamá es una de las mejores diseñadoras de moda de la ciudad.

Me encontraba llegando al instituto, al cual ya asistía hace un año. Los rayos de sol golpeaban mi cuero cabelludo con fuerza, caminaba sintiendo el calor por mi cuerpo y respirando de forma agitada ante eso. La limusina de los Bourgeois apareció en mi campo de visión cuando estaba a poca distancia de cruzar la calle que daba a el Françoise-Dupont.

Todo iba sumamente bien hasta observar como el vehículo comenzaba a acercarse peligrosamente a un hombre de tercera edad y de aspecto asiático que cruzaba por aquella calle tranquilamente, el chofer parecía ser distraído por cierta rubia, quien hacia ademanes molesta a través de las ventanillas. Estaba punto de ser atropellado.

Mis piernas se movieron por si solas, por lo que corrí hacia él lo más rápido que me pude permitir, tirandolo a la acera de enfrente en el proceso y evitando un gran desastre.

Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora