《 Quiebratiempo 》

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Ya era fin de semana, ¡por fin!

Me encontraba en el Le Grand París con Chloe. Hoy haríamos una competencia entre Alix, Kim y yo.

Fui temprano al hotel de mi mejor amiga para llegar al lugar juntas.

—No, no, no, no, ¡no! —la rubia gritó fustrada mientras lanzaba prendas de ropa.

Mientras ella decidía su atuendo, yo miraba mi celular recostada sobre su cama.

—¡________! —llamó mi atención—. ¡Ayudame!

—¿Qué sucede? —pregunté suspirando mientras me levantaba e iba hacia ella.

—¿Cuál blusa escojo? ¿Negra o... blanca? —me mostró dos prendas básicamente iguales, solo cambiaba el color.

—Ahm... ¿Blanca? —eleve una ceja, respondiendo dudosa.

Pues debías acertar por la opción de Chloe quería que dijeras, sino se pondría de mal humor y no quisiera salir a ningún sitio.

—Eso creí —sonrió para entrar a su vestidor, solo reí divertida y me acosté nuevamente.

Mi celular vibró indicando una llamada, Adrien.

—¿Hola? —inicié cuando atendí.

________, ¿Ya vienen hacia aquí? Las estamos esperando —respondió él.

—Primero que nada, buenos días. Y segundo, ahm... —miré hacia el vestidor y Chloe ya había acabado de arreglarse—. Si, enseguida vamos.

De acuerdo, te espero Baez.

—Adiós, Agreste —sonreí y colgué.

—¿Quién era? —preguntó mi acompañante.

—Adrien, ya nos están esperando —respondí levantándome y tomando mi skate.

—Que extraño que te llame primero a ti en vez de a mí, ¿no? —alzó sus cejas repetidas veces con una mirada juguetona.

—Ya, cállate.

—Como digas... le diré a mi papi que nos lleven en su limusina más costosa —chillo saliendo de la habitación y negué la cabeza con una sonrisa.

***

Ya habiamos llegado al Trocadero y si, como dijo Bourgeois, fuimos en una limusina en color dorado.

Al llegar, Adrien corrió hacia mí para abrazarme.

—¿Pasa un día y ya me extrañas? —pregunté burlona correspondiendo y provocando una risa en él.

—¿Cómo no extrañarte? —nos separamos y vi como sonreía dulcemente.

—Lo sé, lo sé. No puedes vivir sin mí.

Él iba a decir algo pero Chloe lo abrazó fuertemente.

—¡Adrien-boo! ¿Cómo estás? —se separó un poco de él para besar su mejilla variadas veces.

Vaya... si no la conociera creería que le gusta Adrien.

No, Chloe no está enamorada de él, solo lo ve como un buen amigo y a eso se debe todo su cariño. Es más, hasta dice que él y yo haríamos una buena pareja, ¿pueden creerlo?

—Oh... muy bien, Chloe —respondió entrecortado, tratando de safarse.

Aguanté la risa por unos momentos antes de decidirme por ayudarlo.

—Bien, bien. Debemos ir a saludar a los demás Chlo —hablé separándola.

—Oh... cierto.

El oji-esmeralda tomó mi mano y corrimos hacia los demás.

Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora