《 La princesa fragancia 》

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—La combustión es una reacción química exotérmica de alta temperatura entré un combustible y un oxidante, que suele ser oxígeno atmosférico... —explicaba la señorita Mendeleiev escribiendo cálculos en la pizarra.

—Que aburrido... —susurró Alix a un lado de mí.

—Ya falta poco para que termine la clase, muero de hamb... —un fuerte ruido me interrumpió.

—¡AAAA! —gritó alguien, cayendo al suelo tras entrar por la puerta del salón. Parecía apurada.

—Marinette, ¿qué excusa tiene para nosotros esta vez? ¿Accidentalmente se encerró en el baño?

—Oh, no maestra, claro que no. Yo... tuve que llevar a mi... ¿Perro? Al veterinario porque... él se comió un suéter de lana —se excusó nerviosa la azabache, pero la adulta miró hacia otro lado, poniendo su atención en alguien más.

—Gracias, Rosita —todos volteamos a verla—. Pero no creo que la clase necesite refrescarse —comenzó a acercarse a su asiento.

Pues la rubia tenía un perfume rosa en su mano, parecía haberlo echado recientemente puesto a que el aroma invadió todo el espacio aulico.

—Creí que alguien había traído un sándwich de atún, pero resultó ser el perfume de Rosita —se burló Chloe.

Marinette aprovechó la distracción de la profesora y fue a sentarse junto a Alya.

—¿Se comió un suéter? —pregunté a su dirección riendo por lo bajo, ella me sonrió apenada.

La mayor le extendió su mano a la de rosa y ella le entregó su perfume.

—Además, usar el celular en horas de clase esta totalmente prohibido —le extendió ahora su otra mano y ella repitió la acción con el objeto mencionado—. Tomá tus cosas y ve a la oficina del director

Frunci mis labios y desconecte mis auriculares a bluetooth para luego esconder mi teléfono que se encontraba arriba de la mesa disimuladamente, mirando hacia otro lado.

—Si maestra... —bajó su mirada y guardó sus cosas seguido de salir del laboratorio.

—Observen lo que pasa cuando juegan con sustancias inflamables en un laboratorio de química —echó la sustancia de aquel frasco rosa en las muestras, la tapó con un cristal y presionó un botón rojo dejando ver como explotaba. Todos chillaron asustados.

—Ya se cómo quemar el colegio —susurró la pelirrosa.

—Dime lo que necesitas y yo te ayudo —añadí y chocamos los puños.

—Y para asegurarme de que lo recuerden, mañana haremos un examen de seguridad, de nuevo —siguió.

—¡Oh! —nos quejamos al unísono.

***

Me encontraba hablando con Nino en la salida del instituto cuando Adrien llegó corriendo, apoyó sus manos sobre sus rodillas tratando de normalizar su respiración.

—Justo a tiempo, rubio —me burle de él, sonriendo, pues no había llegado a la clase de la señorita Mendeleiev.

—Tuve un inconveniente con mi chófer —sonrió apenado.

—Siempre te pasa algo, viejo —él de lentes golpeó su hombro amistosamente.

—¿Quieres mis apuntes de química? —lo miré—. Mañana tendremos un examen sobre la seguridad.

Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora