Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》

《 Kung food 》

—Entonces... ¿Tendré que ir al concurso? —pregunté mirando a mi padre, al parecer hoy tuvieron un descanso del trabajo y eso no se ve muy seguido.

—Así es, se realizará hoy a las tres de la tarde. Tu madre y yo iremos a almorzar a un restaurante para distraernos un poco del trabajo —respondió y mi madre se acercó.

—¿Segura que no quieres que vayamos contigo? —preguntó la mujer castaña mientras se colocaba un abrigo negro.

—Tranquila mamá, estoy bien. Es su día libre y deben disfrutarlo, después de todo... luego irán, ¿verdad? —les sonreí levemente.

—Claro que sí, el concur... —el sonido de mi teléfono la interrumpió.

—Disculpen... —ellos asintieron y me alejé un poco para atender la llamada—. Alya, ¿qué sucede? —pregunté llevando el celular a mi oído.

—¡________! Marinette necesita ayuda. Resulta que su tío está aquí, en París, y no sabe hablar chino —contestó del otro lado de la línea.

—¿Y yo tengo que ver en eso por qué...? —dije confundida, dejando la pregunta al aire.

—Pues sé que tu sabes hablar chino, quizás puedas ser su... ¿Traductora?

—Ahm... bueno, si hablo un poco pero en realidad Adrien es quien sabe más sobre eso. ¿Por qué no le preguntas a él?

—Ya lo hice, acepto y se está dirigiendo hacia allí. Pero sabes como se pone Marinette estando a solas con él, además... entre más mejor.

—Mis padres me pidieron ir al Le Grand París para un concurso de El mejor chef del mundo, quieren controlar que todo esté en orden ya que el alcalde les pidió ayuda, pero ellos irán más tarde —suspiré.

—Sobre eso... el tío de Marinette es quien participará como uno de los concursantes, Cheng Sifu es uno de los más grandes chef, podrías ir allí con ellos. ¿Qué dices?

—Eres tan insistente... —reí por lo bajo—. De acuerdo, ya voy para allá.

—¡Genial! Gracias ________. ¡Adiós!

—Adiós —ambas colgamos y regresé hacia mis padres—. Iré a la casa de Marinette, una amiga del instituto. Su tío es uno de los concursantes del programa así que no se preocupen, llegaré a tiempo.

—De acuerdo, Josh te llevará —habló el pelinegro.

—Adiós cariño, cuídate y nos vemos luego —ambos se despidieron de mí con un beso en la mejilla y salieron de la mansión.

Subí a mi habitación para cambiar mi atuendo.

Me vestí con un pantalón blanco, un top rosa gastado y una chaqueta del mismo color, me coloqué mis tenis blancos y caminé hacia mi tocador tomando dos cajitas tornasoladas de un cajón, salí nuevamente de mi habitación.