Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》

《 Titiritera 》

Sábado.

Entré por la puerta del cine buscando a mis amigos con la mirada.

Como habíamos hablado el día en el que vencimos a Copigato. Adrien, Nino, Alya, Marientte y yo decidimos ir a ver una película en el cine.

La función comenzaba a las 14:30 p.m.

Aún faltaban treinta minutos, por lo que teníamos tiempo para retirar las boletos y comprar palomitas.

—¡________! ¡Por aquí! —exclamó alguien a mis espaldas y me di la vuelta encontrandome con mis cuatro amigos.

—¡Hola! —saludé besando las mejillas de cada uno, cuando fui hacia Adrien él me abrazó fuertemente.

—¿Cómo estás? —preguntó suavemente.

—Excelente —me alejé con una sonrisa.

—O-oigan, ¿de qué trata la película? —Marinette miró a Nino y a Alya.

—No lo sé, es de terror a elección de Nino —ella bufó cruzándose de brazos—. Prefería la de superhéroes.

—¡No es mi culpa que tus gustos sean extraños! —protestó el chico.

—¡No son extraños!

—¡Muy bien! —la azabache se interpuso entre ambos—. ¿Q-qué les parece si vamos a comprar lo necesario?

—¡Si! —asentí—. Ustedes se encargan de los boletos... ¡Mientras que Ad y yo vamos por la comida!

Sin esperar respuesta, tomé la mano de mi mejor amigo para correr por el establecimiento hacia la sección de alimentos.

Ambos nos colocamos en la fila.

—De acuerdo... —murmuró mientras veía la pantalla de combos—. ¿Te parece comprar el combo de tres botes de palomitas y cinco refrescos? Es una buena opción —me miró.

—Me parece bien —asentí y ya era nuestro turno.

Mientras preparaban nuestro pedido, me quedé observando la sección de golosinas que estaba en el lado izquierdo.

—¿Quieres algo de ahí? —preguntó en mi oído y di un respingo del susto.

—¡No hagas eso! —golpeé su hombro suavemente—. Me gustan las gomitas y chocolates pero...

—¿Podría darme una bolsa de gomitas y bombones de chocolate, por favor? —oí y al darme la vuelta, la joven que nos atendía se dirigió hacía los dulces.

Lo miré con reproche.

—Yo pagó —agregó con inocencia mientras tomaba su billetera y de esta sacaba un par de billetes.

—No, por lo menos déjame...

Iba a tomar mi cartera pero su voz me interrumpió nuevamente.

—Gracias, ten un lindo día —Ad se despidió de la chica y me extendió la bolsa de papel con dulces—. Toma, ¿puedes ayudarme con lo demás?

Suspire rendida.

—Gracias —acepté la bolsa guardandola en mi mochila y tomé un bote de palomitas juntó con un refresco—. Debes dejar de pagar todo —advertí.

—¿Por qué? —me miró con diversión—. Puedo comprarte lo que sea —bromeó y reí.

—L-les a-ayudo —Marinette apareció en nuestro campo de visión, tomando un par de refrescos que por poco se les resbalaban de las manos, pero logró mantener la postura.

Le sonreímos en forma de agradecimiento y nos encontramos con Nino y Alya en la fila para entrar a la sala, ya con los cinco boletos en mano.

Ambos parecían querer asesinarse. Alya por querer ver una película de héroes y Nino simplemente porque es Nino.