《 El mimo 》

6.2K 577 63
                                    

Sábado.

—¡¿Por qué siempre arreglan planes a última hora?! —proteste mientras salía corriendo de la mansión.

Josh me abrió la puerta del coche para que entrara y cerró la misma.

—¿A dónde la llevo señorita? —preguntó el mayor mirándome por el espejo retrovisor.

—A la Boulangerie Patisserie, por favor —pedí, me sonrió y puso el coche en marcha.

Alya me llamó para avisarme que vaya urgentemente a la casa de Marinette, pero... creo que ya se cual es la urgencia.

Presione un botón frente a mi asiento y una especie de pared negra dividió al piloto de los asientos traseros.

Nova salió de mi bolso al tener privacidad.

—¿Creés que te haya llamado por lo de hoy, ________? —preguntó mi kwami.

—Seguramente, se volvió loca al ver que le prestamos atención —reí y el coche se detuvo, ya habíamos llegado.

—Gracias Josh —agradecí al ver que abría la puerta—. Te llamó luego para venir por mí —él asintió.

Al entrar a la panadería el delicioso aroma a pan recién horneado me inundó por completo, debía tratar de no comer nada.

—Hola señor y señora Dupain-Cheng —saludé y ellos voltearon a verme—. ¿Se encuentra Marinette?

—Esta arriba con Alya, ________ —respondió la mujer sonriendome—. Sube, siéntete en casa.

—Gracias —sonreí, antes de adentrarme a la casa y subir hacia el hogar de mi amiga.

Al ver que no estaban en la habitación, me dirigí a la terraza.

—Oh ¡________! ¡No creerás lo que sucedió! —hhabló Alya emocionada al verme—. Los héroes habían salvado a varios trabajadores de un supervillano, habían millones de reporteros intentando entrevistarlas, y entonces... ¡Ocurrió! —sacó su celular para entregárselo a la azabache.

Ella lo tomó y comenzó a reproducir el video.

Yo, o mejor dicho Ladymoon y Ladybug le entregaban un niño a sus padres tras haber derrotado al akumatizado. Chat noir se tuvo que ir ya que su transformación acabaría pronto.

Por favor heroínas...

Unas palabras para el documental...

Señoritas...

¿Les importaría...?

Varias personas nos hablaban al mismo tiempo acercandose a nosotras, pero fijamos nuestra mirada en cierta reportera, Alya.

¡Hola! saludé caminando a ella a la par de mi compañera.

¿Tú eres la chica que escribe el blog sobre nosotras? El... ¿Ladyblog? —preguntó la de rojo en el video.

Ahm... ¡S-si! —respondió con entusiasmo.

¡Me gusta tu trabajo!

Es increíble ¡Nunca lo dejes! —animé al igual que ella.

Beep beep.

Ah... sus joyas, chicas —señaló los objetos.

Oh, gracias.

Mejor nos vamos nos alejamos un poco de las personas, mientras tomaba mi arco y una flecha.

¡Adiós! nos despedimos al unísono para irnos hacia diferentes direcciones.

Ladymoon《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora